Si quieren mantener la tapa no van a tener más remedio que subir los precios. Es el dilema al que se enfrentan muchos bares en aquellos lugares de España donde el tapeo gratis con cada consumición es toda una tradición. Ahora, con la inflación disparada, está en peligro, porque las cuentas no les salen.

Y es que, según lamenta Luis Latorre, de la Asociación de Empresarios Lugo Monumental, mantener esta tradición es "a día de hoy es insostenible". "La inflación en la hostelería es particularmente dañina", advierte.

A un bar le cuesta de 20 a 50 céntimos cocinar esa tapa gratis y cobra la cerveza a unos 2,50 euros. Con la inflación por las nubles, ahora esta gratis les supone gastar más y los locales se plantean dos posibles soluciones: subir la consumición o modificar la cantidad de la tapa gratis. "Ahora prácticamente deberíamos subir una vez a la semana y no se puede", explica Ángela Vázquez, de la cafetería San Marcos.

Subir el precio de las consumiciones es la opción por la que se está decantando la mayoría, más que por una tapa más pequeña. Así, algunos de los hosteleros entrevistados por laSexta admiten haber subido el precio de la bebida unos 20 o 30 céntimos.

En Granada, donde las tapas gratis tienen un tamaño considerable, los clientes consultados por esta cadena aprueban que se suba el precio si no se toca la tapa. "No me importa pagar un poco más si la calidad es buena", afirma un cliente, mientras que otra usuaria pone el límite en los 3 euros por consumición. Sin embargo, algunos ya están notando que no es como antes en cuanto a "la calidad, la cantidad y la variedad", según denuncia otra clienta.

León, Alcalá de Henares o Lugo son también mecas del tapeo gratis. Allí, los clientes no quieren ni oír hablar de pagar por la tapa. "Si no hay tapa, no hay vino", asevera un joven, mientras que una mujer cree que "no pasaría nada si bajara un poco la cantidad". Otros dos clientes defienden que la tapa gratis es "una tradición de la ciudad" gallega y "lo que nos denomina"

Algunos, por su parte, proponen servir gratis una tapa básica y luego cobrar el resto, una opción que terminaría con la larga lista de tapas que hoy ofrecen algunos bares.