Entre los grupos de WhatsApp de los taxistas barceloneses circula un vídeo en el que se ve a dos personas atacando el interior de un taxi con dos extintores. Como se ve en las imágenes que acompañan a esta noticia, descargan por completo su contenido dentro del vehículo. Detrás de esta acción hay una historia de venganza. Se trata de una represalia un conductor que había sido pillado engañando a turistas con el precio del trayecto.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado 12 de agosto. Todos los taxistas a los que ha entrevistado laSexta señalan que no se debería llega a este punto, por el cual algunos de sus compañeros se toman la justicia por su mano, pero entienden que la situación merece castigo. El portavoz de la asociación 'Élite Taxi', Tito Álvarez, explica que esta situación se produce cada verano. Con el repunte del número de turistas en la ciudad condal, un pequeño grupo de taxistas aprovecha para engañar y sacar dinero.
Lo que hacen estos taxistas al margen de la ley es no encender el conocido taxímetro que controla el precio final que el viajero tiene que pagar tras una carrera. El conductor, al subir el turista, señala cuál es la cantidad que va a cobrar. En la práctica, se trata de algo totalmente ilegal. Álvarez asegura que las tarifas que cobran esos conductores multiplican hasta por diez el precio real que deberían cobrar. Es por la noche y en las zonas de ocio más concurridas donde suele repetirse más.
Son una minoría en el sector
El sector quiere dejar claro que estos casos casos proceden de una minoría dentro del buen funcionamiento del servicio del taxi metropolitano de Barcelona. Incluso dan estas cifras: de los 10.500 taxis que hay aproximadamente en la ciudad solo unos 300 han sido expedientados en los últimos cuatro años.
Los conductores que hacen su trabajo con legalidad exigen que se aumente el número de inspectores para controlar la picaresca. Además, creen que es importante una medida extra para acabar con esas prácticas. A su juicio, igual que ocurre con las denuncias a las VTC, sería necesario que se inmovilizaran los taxis que cometan este tipo de fraude inmediatamente y que las multas fueran mayores.
A día de hoy, las sanciones pueden llegar a los 1.400 euros. Y en los casos en los que haya reincidencia por parte de algún conductor de taxi puede conllevar incluso la retirada de la licencia para ejercer.
El otro problema: 'taxistas piratas'
La mala praxis de los taxistas que engañan al no conectar el taxímetro se suma a otro problema que el sector lleva sufriendo desde hace años: los conocidos como 'taxistas piratas'. En lugares como la estación de Sants o el aeropuerto del Prat es habitual encontrar vehículos con conductores que ofrecen un servicio de transporte fuera de la legalidad.
No es la primera vez que son cazados in fraganti por taxistas oficiales y son reprendidos, como en el vídeo de la noticia. Ninguno de esos vehículos 'pirata' cuenta con licencia, no pagan los impuestos correspondientes, ni están sujetos a la seguridad que ofrece el servicio del taxi.
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