Francia, Alemania y, sobre todo, Estados Unidos, defienden que se fije un mínimo en el impuesto de sociedades para todos los países del mundo. Se trata, tal y como subraya Ángel Talavera, economista de Oxford Economics, de un "cambio de 180 grados respecto a lo que llevamos viendo". "Puede ser un impulso clave", afirma.
¿Qué supondría la propuesta?
De esta manera, sería menos atractivo para las multinacionales irse a otros a países que han ido bajando los impuestos, como Irlanda, que lo tiene en el 12,5%, mientras que la media de Europa está en el 21%. En este sentido, Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano, señala que, hasta ahora, "hay empresas que han tenido la capacidad para ganar mucho y pagar menos impuestos de los que les hubieran correspondido por las facilidades de movilidad de capital".
Así, en un momento de fuerte gasto, se incrementarían los ingresos del Estado. Por ejemplo, en el caso español, la baja tributación de los Países Bajos le resta unos 1.000 millones al año. Por ello, el Gobierno celebra la propuesta, aunque cree que habrá que esperar a que cambie la situación económica, "de manera que no recaiga todo sobre el IRPF o el IVA, sino sobre una figura fiscal absolutamente necesaria", ha afirmado María Jesús Montero, ministra de Hacienda.
¿La medida terminará con la elusión fiscal?
Sin embargo, los expertos creen que, además de la propuesta, también se deberían prohibir las facilidades para trasladar los beneficios de un país a otro. Manuel Higaldo, profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide, dice al respecto que debería haber "prácticamente un solo impuesto de sociedades para toda la Unión para que no hubiese incentivos, desde el punto de vista fiscal, y las empresas no se relocalizaran en distintos países".
¿Cuánto sería el mínimo?
Por ahora, no hay nada cerrado. La OCDE ha hablado de un 12,5%, como Irlanda, mientras que Estados Unidos va a subir el de sociedades del 21% al 28%.
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