El turoperador Thomas Cook ha entrado en suspensión de pagos dejando 22.000 empleos en el aire, 9.000 de ellos en Reino Unido. La quiebra se ha dado después de que fracasaran las negociaciones de emergencia con su principal accionista y acreedores.
La compañía, actualmente, cuenta con 600.000 personas en el extranjero, lo que obliga a los gobiernos y a las aseguradoras a coordinar una gran operación. La empresa "ha cesado sus operaciones con efecto inmediato" y 150.000 turistas de Reino Unido están a falta de ser repatriados.
Thomas Cook ahora administra hoteles, resorts y aerolíneas para 19 millones de personas al año en 16 países distintos. En concreto, en España se verían especialmente afectados 11 destinos turísticos.
Según un informe de 'Mabrian Technologies', la caída del turopeador influiría sobre todo en Canarias, Baleares y la Costa de Sol, que contaba con 850.000 plazas hoteleras y 966.549 vuelos reservados entre mayo y diciembre. Mallorca, Ibiza, Menorca, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, Almería, Alicante, Tarragona y Girona serían los destinos españoles más afectados.
Las consecuencias de la caída del gigante ya se ha dejado notar y este lunes se han cancelado 46 vuelos en toda España. El aeropuerto más afectado ha sido el de Lanzarote, con cinco vuelos cancelados de llegada y cinco de salida. En Gran Canaria se han cancelado ocho y en Fuerteventura y Tenerife Sur, dos en cada aeropuerto. En Islas Baleares se han cancelado 24 vuelos. 14 de ellos son con destino y origen en Menorca, siete de salida y siete de llegada; y 10 en Palma, con cinco de salida y entrada.
Entre mayo diciembre de 2019, en Islas Baleares había 355.941 reservas programadas por este operador de viajes, mientras que en Canarias habría casi 500.000. En la Costa Brava podrían verse afectadas las 13.160 plazas que había programadas desde junio y hasta diciembre de este año.
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