Los robots ya son capaces de trasladar palés, apurando cada milímetro. También pueden colocar ladrillos se usan para recolectar. Han sustituido muchos puestos de trabajo. Así ha pasado en el campo de Luis, en Caudete de las Fuentes, Valencia. Sin embargo, él asegura que tuvo que recurrir a las maquinas por la falta de mano de obra.

Aunque la inversión es cara, afirma que tiene muchas ventajas. "Una vendimia mecanizada puede absorber 25 puestos de trabajo", señala el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). La OCDE cree que casi el 22% de los puestos de trabajos en España podrían automatizarse.

Son ocho puntos por encima de la media: tan solo nos superan Grecia, Eslovenia y Eslovaquia. "Los puestos que pueden estar más en peligro son aquellos que hacen un trabajo más repetitivo y que pueden ser sustituidos por una máquina. Probablemente, en España tenemos más de ese tipo", apunta Miguel Ángel Salichs, catedrático de robótica de la Universidad Carlos III.

La formación es imprescindible para hacer menos drástica la transformación. "Tenemos que desarrollar las capacidades de aprendizaje de nuevas tecnologías para poder, no solo mantener estos puestos, sino también adaptarlos a los nuevos requerimientos", ha precisado Joan Tristany, director general de la Asociación de empresas industriales. De hecho, según este mismo informe uno de cada tres empleos tendrá que cambiar y adaptarse.