Alfredo tiene 26 años, él y su novia han tenido que renunciar a una vida independiente. Al quedarse en paro, volvieron a la casa en la que se criaron. El padre de Alfredo también está desempleado y ahora dependen de la caridad del Banco de Alimentos.
Alfredo es sólo un ejemplo de cómo están cayendo los hogares en España. En el último año se han perdido 80.000. La caída se agrava entre abril y septiembre de este año, sólo en ese periodo la cifra cae en 48.900 hogares.
Jóvenes y no tan jóvenes que vuelven a casa de sus familiares, incluso con sus parejas y sus hijos. Los pensionistas se están convirtiendo en el salvavidas de muchas familias. Desde que comenzó la crisis, el número de hogares que sobreviven gracias al sueldo de un jubilado se ha duplicado.
Hogares que se destruyen y hogares que no se crean porque el 26% de la población activa no tiene forma de ganarse la vida. También hay menos hogares porque muchos inmigrantes regresan a sus países, en el último año la caída de los habitantes extranjeros ha sido del 2,3%.