La bonificación de 20 céntimos sobre el precio del carburante vuelve a situarse en el punto de mira. La medida ha permitido amortiguar el coste disparado de los carburantes tras el estallido de la guerra en Ucrania. Pero lo hace de manera homogénea y, en plena crisis energética por la dependencia de países productores, no desincentiva el consumo.
En diciembre llega a su fin la prórroga que aprobó el Gobierno y ahora debe decidir qué hacer a partir de enero. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ya adelantó hace unas semanas que el Ejecutivo evaluará si decide mantenerla como hasta ahora -aplicable para toda la población- o si "es mejor centrarse en algún colectivo o algún sector".
¿Cómo funciona? Si bien resulta más barato para los consumidores, el Estado asume una factura que está subiendo por encima de los cálculos del Gobierno.
- En agosto y septiembre la bonificación costó a las arcas públicas cerca de 800 millones cada mes, según datos del ministerio de Hacienda. La estimación mensual del Gobierno era de 477 millones.
- Desde que se aplicó la medida el coste ya se eleva a 3.676 millones. Un 28% más que la previsión.
Y mientras tanto... Los detractores de esta medida defienden que es inflacionista y que, lejos de contraerse la demanda, su menor precio ha potenciado su consumo.
- Según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), el consumo de gasolinas en agosto marcó máximos. Y en lo que va de año, el consumo de gasolinas de automoción ha crecido un 11,2%.
- La tendencia no es similar para el diésel. Su mayor precio, por encima del de la gasolina, se hace notar con una caída en los últimos meses.
Además, las asociaciones ecologistas también son detractores de una medida que dicen es "contraria al ahorro energético" y que incentiva a seguir consumiendo.
- Adrián Fernández Carrasco, responsable de movilidad en Greenpeace, afirma que se trata de una medida que va en contra los objetivos medioambientales.
- El consumo de carburantes también afecta a la intención de reducir la dependencia energética de Rusia. "Si queremos reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles y reducir las emisiones de CO2, bonificar carburante nos empuja en la dirección opuesta", reitera Fernández.
¿Cómo me afecta? Pese a las posiciones en contra, quienes usan el coche están de acuerdo con la ayuda e incluso algunos creen que es insuficiente.
- Pese a moderarse en las últimas semanas, el dato del precio de la gasolina la última semana es un 3,5% más caro que hace un año, según los datos del Boletín Petrolero.
- En el caso del gasóleo, todavía tiene un precio un 28% superior respecto a hace un año.
Ojo, no todos piensan igual. Los ciudadanos que no consumen carburantes no disfrutan de esta medida financiada por el Estado.
- "Una ayuda regresiva". La bonificación en el precio de los carburantes beneficia a todos los consumidores sin distinción de renta. Adrián Fernández calcula que más de la mitad de la ayuda "está siendo acaparada por el tercio de la población de mayor poder adquisitivo".
- Los usuarios del transporte público también reciben una ayuda pública. Sin embargo, en conjunto esta bonificación recibe menos fondos que la del carburante.
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