Detrás de la caída del precio, que la Asociación de Jóvenes Agricultores cree injustificada y especulativa, también se podría la desunión de los trabajadores del campo. Así lo opina Fernando García, el Presidente de la cooperativa de Villarrubia de Santiago, "los agricultores están menos unidos que en el resto de países europeos, allí los sindicatos son más fuertes, aquí vamos cada uno a lo nuestro".
Los agricultores creen que su propia desunión favorece que los agentes externos, como multinacionales del cereal, de los piensos, los conflictos internacionales etc. se aprovechen de ellos y tiren los precios. Primero bajan los precios del cereal, luego vienen y nos compran más barato para revenderlo más caro.
Juegan con ventaja porque mientras que en España hay casi un millón de agricultores dispuestos a vender así que las compañias que compran no llegan al centenar. Mientras que en España caen los precios, en países como Francia o Alemania resisten esta caída porque son más fuertes a nivel de sindicatos agrarios y pelean más por lo suyo.
Además, los conflictos en Oriente Próximo tampoco ayudan, sobre todo en Egipto, uno de los mayores graneros del mundo. Depende de cómo evolucionen pueden alterar hacia arriba o hacia abajo el precio.
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