Si el título de campeón de la Fórmula 1 está entre los dos Red Bull, Max Verstappen y Sergio Pérez, será difícil no ver enfrentamientos tanto dentro de la pista como fuera. Ya ha habido 'amagos', sobre todo en Arabia Saudí donde el neerlandés fue segundo y acabó muy enfadado.

Checo quiere paz. Así lo demuestran sus palabras en una charla con varios medios de comunicación de su país: "Hay un gran ambiente con el equipo, hay un nivel muy alto de respeto entre todos, tanto entre sus ingenieros como con los míos".

"Creo que ambos somos lo suficientemente maduros para saber qué está bien y qué está mal. Mientras siga siendo así, no espero que nada cambie", expresa el piloto mexicano.

Pérez, después de tres carreras, cree que puede pelear el campeonato. "Hemos estado en márgenes muy pequeños, tanto en la clasificación como en la carrera", dice el piloto, que en Bakú deberá quedar por delante si no quiere que la distancia comience a ser considerable.

Pero no será fácil. Verstappen es seguramente el mejor piloto de la parrilla: "No hay duda de que no hay piloto en tal forma como Max, por lo que es definitivamente el piloto más difícil de vence".

"Para ganarle se requerirá la cantidad máxima de concentración de mi parte para traerlo a mi juego en cada fin de semana", ha sentenciado el piloto de Red Bull.