Valtteri Bottas y George Russel protagonizaron en el GP de Emilia-Romaña un gravísimo accidente que terminó con una bandera roja. En la vuelta 31, el Mercedes y el Williams acabaron fuera de la pista y completamente destrozados, con la buena nueva de que ambos pilotos estaban bien y salieron por su propio pie.

Lo hicieron y se dedicaron feos gestos desde la grava de Imola. Bottas realizó una peineta en la cara de Russell desde su cockpit, y el inglés le golpeó en el casco varias veces en un momento de tensión en el que pudieron llegar a las manos.

Una discusión tras un accidente en el que los dos se echaron la culpa por radio. A gran velocidad, y a falta de ver cómo acaba la investigación de dirección de carrera, lo único cierto es que el golpe fue fortísimo a tenor del estado de los coches.

Peleaban por posición, y Russell metió la rueda delantera derecha en la hierba. En ese momento, el Williams patinó por completo en el asfalto e impactó con el Mercedes.

La otra versión es que Bottas dejó poco espacio a George en su adelantamiento, y por eso el joven piloto y posible futuro de Mercedes no tuvo otra que pisar el césped con sus gomas.

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