No era ni mucho menos la mejor pista para Aston Martin. No era el lugar ideal. No era, viendo las virtudes y los defectos del AMR23, el circuito perfecto para Fernando Alonso. Para que llegara la 33. Incluso para colarse en un podio. Sí, no lo era. No lo era porqueen Bakú, en Azerbaiyán, está la recta más larga de todo el Mundial.

Está el talón de aquiles del coche de Silverstone. El gran 'debe'. El lugar a tocar para tener un coche ganador y campeón. Porque el DRS es lo que es. Y en el monoplaza verde funcionar funcionó,al menos en cuanto a la carrera se refiere, pero no tanto como funciona en el Red Bull.

Porque realmente da alas a Max Verstappen y a Sergio Pérez. Porque ese elemento, ese vital elemento para las carreras de hoy en día, pone en órbita a un coche que directamente quitó las pegatinas al Ferrari. Al de Charles Leclerc. Al del piloto que logró la pole el viernes para la carrera.

Alonso, el tres en uno de Aston Martin

No fue rival. Nadie es rival para Red Bull salvo que pase algo. Y nadie es tampoco rival para la inteligencia de Fernando Alonso cuando se sube a un coche de Fórmula 1. Cuando, en el Aston Martin, demuestra cada vez más ser piloto, ser ingeniero y también ser estratega. Ser un tres en uno.

Ser lo que tanto quiere un equipo de Fórmula 1. Ser alguien que interprete a la perfección lo que sucede o lo que puede suceder en la pista. Eso hizo. Eso vio. Lo vio desde su posición. Tras el Mercedes de Lewis Hamilton. Tras un monoplaza que parecía inalcanzable en febrero y que ahora está por detrás.

Qué gran trabajo han hecho en Aston Martin. Qué enorme esfuerzo han hecho en Silverstone y qué buen rollo se siente en ese equipo. Sí, lo mismo que en Alpine. Sí, lo mismo fue ver a Alonso pelear con Lewis en Bakú que en Hungría en 2021. Lo mismo fue ver cómo se defendería en Hungaroring que cómo iba al ataque en Azerbaiyán.

Desde ahí vio cómo los neumáticos de Lewis iban a irse al garete. Desde ahí supo que tan solo tenía que esperar, que ser paciente. No tenía que preocuparse por lo que tras él había. Era Stroll, y Stroll ya dijo que no iba a atacarle. Las gomas de Hamilton, K.O. El heptacampeón, a boxes. Y entró para no ver cómo Alonso le pasaba como un misil.

Alonso, imparable para Sainz

Luego llegó el 'safety car'. Luego llegó el gran momento. El momentazo Alonso. El que le puede poner de nuevo como el mejor de abril en cuanto a adelantamientos se refiere. Porque el hachazo que le soltó a Carlos Sainzen la curva 4 cuando el coche de seguridad se marchó fue simplemente de maestro. Fue imposible para todos, menos para él. Menos para alguien que pasó de ser sexto a cuarto por méritos propios y que quería más.

Que pudo tener más, porque entró a meta con el DRS abierto y con Charles Leclerc a menos de un segundo. Con la opción de tener hasta la vuelta rápida que incluso llegó a marcar hasta en dos ocasiones. Sí, el Aston Martin, en la que bien podía ser la peor pista de todas las que conforman el inicio del Mundial, cumplió con creces.

Miami, próxima parada

Lo hizo gracias a un Fernando Alonso que no cometió ni un solo error en las 51 vueltas que dura el GP de Azerbaiyán. Que mientras otros, Verstappen incluido, tocaban los muros y las protecciones, mantenía impoluto un AMR23 que ya apunta a Miami. Que tiene, en la pista de Florida, una gran oportunidad para lograr algo grande.