Fernando Alonso no pudo celebrar como bien se merecía su carrera número 350 en la Fórmula 1. No pudo festejar como es debido ser el piloto que más veces ha competido en el Gran Circo. No pudo, ni tan siquiera, pasar por la bandera a cuadros del GP de Singapur.

Porque el motor del Alpine decidió que era un buen momento para romperse. Un motor que quizá debió ser cambiado, como ya avisó, hace un par de carreras aun con una penalización. Uno que dijo adiós cuando en el contador de vueltas marcaba el número 22.

Llevaba once teniendo a Max Verstappen tras él. A un Verstappen completamente desesperado que no encontraba hueco alguno para atacar al asturiano. El neerlandés no veía el modo de adelantar a Fernando... pero finalmente fue Fernando quien se quitó de su camino.

Se quedó en una de las escapatorias de Marina Bay, provocando un 'Virtual Safety Car' que animó a George Russell a poner neumáticos de seco en un riesgo que terminó en error y en aviso para el resto.

Ya parado, Alonso dijo lo que hemos oído ya muchas veces de su boca: "Motor, problemas de motor".

Y sí, así fue, porque su unidad de potencia quebró de manera evidente en una de las rectas de Marina Bay cuando rodaba sexto.

Cuando estaba cerca de completar un fin de semana excelso con un quinto en clasificación a medio segundo del tiempo de la pole y con una carrera en la que no arrancó bien, pero que continuó de forma brillante dejando tras él durante once vueltas al Red Bull de Max Verstappen.