Cada fecha del calendario de Fórmula 1 que se va consumiendo es una prueba más de que Fernando Alonso ha regresado en plena forma al 'Gran Circo' y que sus aspiraciones no se limitan a liderar la zona media.

Tras probar suerte (y qué suerte) en otras disciplinas como el Mundial de Resistencia, el Dakar o la IndyCar, el asturiano regresó a la categoría que le vio coronarse bicampeón del mundo en 2005 y 2006.

Sin embargo, Alonso no ha vuelto para pasar desapercibido. Con vistas a 2022 y al cambio normativo que se va a ejecutar, Fernando espera que las fuerzas se igualen y Alpine consiga estar en la lucha por el título.

"No hubiera vuelto a la F1 sin las nuevas reglas de 2022. Me gustaría decir que sí puedo ser campeón, pero no lo sé. Los equipos grandes tienen el horno listo y los demás tenemos mucho por hacer y probar. Para el año que viene tenemos el sueño todas las escuderías de ponernos a la altura de los líderes", explicó en 'El Transistor'.

"Los años fuera de la F1 los he disfrutado mucho; el poder cambiar cada fin de semana de disciplina y de coche fue un reto y un desafío muy grande que lo disfruté a tope. De todo lo que hice me quedaría con las 24 horas de Le Mans y con el Dakar", ha añadido.

A su vez, recordando las conversaciones que mantuvo con distintos equipos de la categoría antes de su regreso, 'Magic' ha señalado que además de con Alpine, habló con Red Bull: "No tuve conversaciones con Mercedes, alguna hubo con Red Bull".

La escudería de las bebidas energéticas, decidida a terminar el periplo de Alex Albon como compañero de Max Verstappen, tanteó entre otros pilotos, a Alonso, aunque finalmente se decidió por Checo Pérez.

El mexicano actualmente ocupa la tercera posición del Mundial y su rendimiento está siendo muy del gusto del equipo austriaco, que le ve como el escudero perfecto de Verstappen. Por ello se hace inevitable pensar qué hubiera deparado el año con Alonso vestido de 'toro'...