Incompresible, otra vez, la decisión de Ferrari con Carlos Sainz. Incomprensible porque no se entiende. No se comprende viendo cómo estaba el coche. Por dónde estaba. Por lo que suponía no hacer nada. Pero es justo lo que hicieron durante 25 vueltas: nada. Nada en Bélgica. Nada con él. Nada para, sabiendo que el presente estaba perdido, guardar el futuro. Guardar el motor. Guardar kilometraje.

Era el movimiento más lógico. Más normal. Más como el que hizo McLaren con Oscar Piastri. El oceánico y él fueron los protagonistas de la salida de Spa. Lo fueron porque se tocaron. Porque no había espacio para ambos. Porque el australiano toco con el muro con su neumático delantero derecho para con el izquierdo dar a Sainz. Para hacer que el Ferrari tuviese un tremendo agujero en su chasis.

Y eso hizo que su ritmo y su rendimiento bajaran. Con el McLaren de Piastri ya en el garaje, en Ferrari decidieron que iban a mantener el coche en pista. El resultado, perdiendo posiciones con absolutamente todo el mundo. Con Alonso, con Tsunoda, con Stroll... y así, hasta el final de la tabla.

Accidente en la salida, y...

Sus tiempos eran hasta cuatro segundos más lentos que los de cabeza de carrera, y eso no iba a ser diferente. No iba a cambiar nada. Porque el agujero no se iba a arreglar solo. Porque eso no es cambiar un alerón delantero. Porque iba a ser así durante las, ojo, 40 vueltas que restaban en Spa.

Sí, 40 vueltas. Cuarenta vueltas que, de haber completado, habrían sido algo más que un completo infierno para Sainz y para el coche. Para un Carlos que no era rápido y que no lo iba a ser, y para un coche que, como todos, tiene contados los kilómetros que su unidad de potencia puede y debe hacer.

Quizá estaban esperando algo. La lluvia, que podía llegar y que de hecho mojó un poco el asfalto. Quizá una bandera roja, para intentar reparar la zona dañada del pontón. Pero no, y en la vuelta 25, por fin, decidieron poner fin al despropósito y llevar el coche al garaje.

Similar a lo de Pérez

Sus daños eran similares a los de Sergio Pérez en el sprint. El azteca, tras un toque con Hamilton, también tuvo que retirar el coche por un inmenso agujero en el Red Bull.

Sainz, finalmente, también para el box. Quizá debió ser antes. Quizá pudo ahorrarse 24 vueltas de motor. Quizá en Ferrari debieron actuar con más rapidez...