Cómo se tienen que estar tirando de los pelos en Alpine. Cómo tienen que estar los franceses. Y cómo tiene que estar Oscar Piastri. Menuda sonrisa la del segundo, y menudas caras largas han de tener los primeros sabiendo lo que tenían, lo que formaron con tanto mimo y dinero... y lo que han perdido. Lo que perdieron en verano, junto con Fernando Alonso, por no se sabe bien a qué estaban jugando. Porque el australiano, con el McLaren, está siendo la gran sensación de la F1.

Está siendo lo que se esperaba que fuese. Porque nunca se puso en duda su talento. Su calidad y su futuro. Sus opciones para, en el equipo adecuado, poder ser campeón del mundo y ganar carreras. Para pelear por podios. Por poles. Para luchar, a pesar de su juventud, con los más veteranos de la parilla.

Y eso fue lo que hizo en el sprint de Bélgica. Eso fue lo que lleva haciendo desde que en Woking han obrado prácticamente un milagro para poner al McLaren como el segundo mejor coche de toda la parrilla. En Spa, en la siempre complicada pista de Spa y bajo unas condiciones más que exigentes, hizo algo que no se veía desde hace diez años.

Le quita un registro a Gutiérrez

Que no se veía desde que Esteban Gutiérrez, en Sauber, lo lograse en 2013. Lo consiguiese en el GP de España de dicho año, uno que, por cierto, fue la última victoria de Fernando Alonso en la Fórmula 1.

¿Que qué es lo que Piastri ha logrado? Ser el primer debutante, el primer 'rookie', en ser capaz de liderar durante al menos una vuelta una carrera. Sí, fue al sprint, pero fue una carrera igualmente, y de eso ha presumido la F1 en su web oficial.

Porque Oscar, representado por Mark Webber, paró tras marcharse el safety car y aprovechó que Verstappen lo hizo en la vuelta siguiente para ser líder. Para mandar por delante del neerlandés y tenerle a 1,5 segundos. Fueron unas dos vueltas, suficiente para poner su nombre en la historia de la F1.

Y en Alpine, despidos

Le queda su primer podio en carrera larga, que se le está resistiendo, pero sin duda el futuro del oceánico es más que prometedor... mientras que el de Alpine, con tantos despidos, pinta cada vez más gris.