Nueva Zelanda empieza ya ganando sus partidos en este Mundial de rugby. El motivo, su haka, ese baile convertido en leyenda que los 'All Blacks' realizan antes de cada encuentro. Esta vez fue ante Irlanda, en uno de esos duelos entre dos superpotencias, que comenzó como es habitual... pero los del trébol no se dejaron intimidar.

Porque lejos de presenciar estupefactos la danza la grada irlandesa no dejó de cantar. No dejó de apoyar a un equipo que, eso sí, parecía congelado ante los movimientos y los gestos de los siempre motivados neozelandeses.

Con sus habituales gritos y pasos, los 'All Blacks' volvieron a deleitar a todos, tanto aficionados del rugby como a aquellos que no lo siguen tanto, con un espectáculo imperdible que eleva a categoría de religión este deporte para ellos.