Lo que pudo ser... y no fue. El Villarreal rozó la machada, incluso igualó la eliminatoria al Liverpool. Pero todo cambió en una segunda mitad en la que los ingleses en cinco minutos demostraron su calidad.

Reconoció Jurgen Klopp en la previa que el partido sería de sufrimiento. Y vaya si acertó. Pero tras el paso por vestuarios y con el cambio de Luis Díaz la historia fue muy diferente. Un 2-3 final que les clasifica para la final de París.

Quizá ni el aficionado más optimista del Villarreal se había imaginado una primera parte así. Porque sí, al descanso el equipo amarillo había igualado la eliminatoria. Con ese resultado todo se decidiría en la prórroga. Pero quedaba mucho... y más teniendo en cuenta su superioridad. El tercero era posible.

La remontada empezó muy pronto. Sólo tres minutos tardó el Villarreal. Dia remató en el área sin marca y superó a Alisson. A la primera. Siguió la ofensiva, con un penalti incluido que no fue señalado sobre Lo Celso. Pero justo después llegó el empate.

Coquelin fue el protagonista. Se alzó al cielo y cabeceó a la escuadra. Imparable para el portero del cuadro inglés. Sí, era la igualada. Sí, el Villarreal lo había hecho. Un 2-2 global en la eliminatoria.

Pero el guion dio un giro radical en la segunda mitad. La salida de Luis Díaz lo cambió todo. El Liverpool ahora sí atacaba, el Liverpool ahora sí era el Liverpool de siempre. Y en apenas cinco minutos se pasó de 2-0... al 2-2. Un resultado que ya tenía al Villarreal en la lona.

Fabinho fue el primer goleador y el segundo precisamente Luis Díaz. El tercero, de Mané. El equipo de Emery bajaba los brazos y eso el Liverpool no lo perdona. Un auténtico equipazo que a pesar de su paupérrima primera mitad demostró que es uno de los mejores equipos del mundo. Es el primer finalista de la Copa de Europa.