El Celta de Vigo se llevó los tres puntos en juego en su visita al Ciutat de València (0-1) en un partido en el que el Levante mereció un mejor resultado por su juego y las numerosas ocasiones de gol que sus jugadores no supieron hacer efectivas ante la meta del conjunto gallego.
Solo el orden defensivo y una acusada falta de acierto ofensivo del Levante permitió al Celta llevarse la victoria del Ciutat de València, tras un partido en el que los gallegos rentabilizaron al máximo la ocasión de gol de la que dispusieron.
El Levante empezó fuerte para tratar de poner fin a la larga racha sin ganar en casa que acumula desde el mes de septiembre y a los dos minutos de partido Boateng obligó a Rubén Blanco a emplearse a fondo para evitar el gol tras un buen remate de cabeza.
Además, al Celta le costaba poner el práctica su juego de toque, en gran medida por la presión del equipo local con la que maniataba al centro del capo del conjunto vigués, que no encontraba espacios para combinar con profundidad.
A la media hora de juego, el Levante era el claro dominador del encuentro si bien la falta de recursos ofensivos que le han acompañado durante la temporada también le afectó en este partido y apenas inquietó la meta del equipo de Juan Carlos Unzue. Por contra, la primera ocasión clara que tuvo el Celta la convirtió en gol.
A los 37 minutos en una contra y en la primera ocasión en la que pudieron combinar Pione Sisto y Aspas llegó el gol del danés.
El gol fue un mazazo para los valencianos, que habían sido mejores que su rival, que con el 0-1 se encontró muy cómodo, ordenado en defensa y tocando el balón en el centro del campo a la espera de alguna precipitación del Levante ante su necesidad de marcar.
En la reanudación, la salida del Levante fue encomiable. En doce minutos llevó más peligro a la meta rival que durante todo el primer tiempo. Doukuré primero y Boateng después gozaron de dos excelentes ocasiones que desbarató Rubén Blanco, que también estuvo a punto de de verse superado por un gol en propia puerta.
El Celta trataba de tocar el balón desde atrás a la espera de cazar una contra con la que liquidar el partido aunque pasando apuros en las acometidas del Levante, que no lograba controlar como en la primera mitad.
Además, los locales reclamaron un penalti no señalado después de que Roncaglia golpease en la pierna a Doukuré en una de las numerosas incursiones levantinistas en el área del Celta.
El Levante seguía volcado en la meta de Rubén hasta el punto de meter al Celta en su área pero la suerte le era esquiva.
La más clara muestra fue el mano a mano entre Rubén y Morales que el jugador levantinista cruzó en exceso tras un gran pase de Jason.
Pero la falta de acierto del Levante alcanzó su máximo exponente en la recta final del choque.
A cuatro minutos del final Boateng protagonizó un clamoroso fallo y con todo a favor que envió alto, mientras que en el tiempo añadido fue Coke el que, totalmente libre de marca y a un metro del área pequeña envió alto.