"Estamos muy contentos porque hemos evaluado los ingresos que va a producir este evento deportivo en 62,5 millones como efecto directo, más después el efecto indirecto de transmitir este evento, de que lo vean en más de 200 países y 350 millones de seguidores", comentó el vicepresidente de la CEIM. Además, añadió que es una "buena noticia para los ciudadanos", y que "beneficia prácticamente a todos los sectores económicos". Por otro lado, quiso salir al paso de la preocupación que existe acerca de los posibles altercados que puedan producirse el día de la final.
"No tenemos nada que temer, porque tenemos unas magníficas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que ya han demostrado su magnífico desempeño", apuntó. "Otra vez vamos a poder transmitir una imagen de Madrid como una ciudad segura, moderna, acogedora y con unas magníficas infraestructuras", afirmó Francisco Aranda. Asimismo, la inquietud por posibles incidentes entre las dos hinchadas es latente en los dueños y trabajadores del sector hostelero. "Nunca se sabe, esto es una incógnita", declaró uno de ellos.
"Miedo ninguno, preocupación puede ser", añadió otro. Sin embargo, muchos otros lo ven como una gran oportunidad de crecer económicamente, y se niegan a cerrar el local el día de la final o alterar el horario de apertura. "Llevamos esperando esta fecha meses, porque nos ha tocado la lotería", comentaba una de las dueñas de un bar cercano al estadio Metropolitano, que no entiende que haya gente que pueda cerrar con esta "oportunidad de oro".
"Nosotros vamos a abrir normalmente, como todos los días", manifestó otro de los responsables de un restaurante céntrico. La de este sábado será la segunda final de Liga de Campeones que se dispute en Madrid en el Siglo XXI.