Ambos equipos llegaban al encuentro muy necesitados, ya que los rusos cayeron estrepitosamente en su debut en Liga de Campeones en Múnich ante el Bayern (5-0), mientras que los holandeses cayeron frente al Atlético de Madrid (0-1).

Ninguno de los dos corrió riesgos y tanto locales como visitantes salieron con tres defensas centrales, con el exmadridista César Navas como jugador más retrasado en el Rostov y el mexicano Héctor Moreno como jefe de la operaciones en la defensa holandesa.

El equipo ruso recuerda mucho al Rubín Kazán que logró en 2009 una de las mayores sorpresas de la historia de la "Champions" al derrotar al Barcelona de Messi en el Camp Nou (1-2), ya que hasta hace poco su entrenador era el mismo, Kurbán Berdíev.

Así, los rusos golpearon primero en una magnífica jugada de su delantera que dejó solo al borde del área grande a su delantero, Poloz, que batió al portero holandés en su desesperada salida. (min.8) El equipo dirigido por el exbarcelonista Philip Cocu no tardó en empatar, aunque no sin fortuna, ya que el disparo desde unos 25 metros de Propper despistó al guardameta ruta al golpear en el cuerpo del central Granat (min.14).

Los holandeses, que jugaron de nuevo con el veterano futbolista mexicano Guardado como medio centro, parecieron conformarse con el empate, lo que les acabó costando caro. Un centro lejano fue bajado magistralmente al borde del área por el iraní Azmoun, regalo que fue aprovechado de nuevo por Poloz para sacar de la chistera un magnífico disparo ante el que nada pudo hacer Zoet (min. 37).

Aunque el cuadro holandés pareció aturdido por el segundo gol, volvieron a apelar a la diosa fortuna para empatar el partido en el tiempo de descuento. El guante que tiene Guardado en la bota dejó solo al colombiano Arias, cuyo centro golpeó en un defensa y fue escupido por el larguero, tras lo que el gigantón De Jong, marcó de cabeza a puerta vacía (min.47+).

Los holandeses salieron mejor colocados en la segunda parte con Guardado por cerebro organizador, dominaron el balón a placer y dispusieron de las mejores ocasiones del partido, ante un Rostov al que se le acabó el gas.

No obstante fue un absurdo y dudoso penalti el que les dio la oportunidad de ponerse por delante después de un caída de su delantero, De Jong, que se trastabilló con las piernas de un contrario como un elefante en una cacharrería.

Por suerte para los rusos, Dzhanáev protagonizó la parada de la noche al despejar ágilmente el penalti disparado por Propper, al que le pudo la presión (min.57). La fortuna volvió a darle la espalda a Propper en el minuto 72, ya que su magnífico disparo con la zurda golpeó la cruceta y fue a parar a las manos del portero local.

A falta de diez minutos, Dzhanáev se convirtió definitivamente en el héroe del encuentro al despejar un peligrosísimo disparo de Bergwijin, que se había escabullido del marcaje de Navas.

De esta forma, rusos y holandeses tendrán que puntuar en sus próximos enfrentamientos ante los líderes del grupo D si no quieren decir adiós a sus opciones de clasificación para la segunda fase, el Rostov en el Vicente Calderón y los holandeses en Múnich.