El Celta liquidó sus escasas opciones de clasificarse para competir en la Liga Europa la próxima temporada después de empatar este sábado en Balaídos ante el Deportivo (1-1) en un duelo gallego escaso de fútbol y ocasiones, bronco por momentos y con un gol del deportivista Lucas Pérez en el minuto 91.

El Celta se adueñó del derbi durante el primer tiempo. Tuvo la pelota. Y eso fue suficiente para dañar al Deportivo, más incómodo, desajustado en sus líneas, más desasosegado en el ambiente del partido, como demostró el extraño gol de Maxi Gómez, una mezcla de fatalismo y torpeza del portero Rubén.

Fue la primera aproximación celeste: Rubén chocó contra Maxi Gómez al borde del área pequeña cuando intentaba despejar con los puños un centro rebotado de Sisto; Maxi Gómez marcó, de espaldas a la portería.

El Celta se impuso en el centro del campo y dominó con comodidad. Sisto y Wass inquietaron a Rubén con varios lanzamientos, pero el peligro celeste se magnificó con cada error del Deportivo: Çolak falló en un pase y le regaló a Maxi Gómez un mano a mano dentro del área ante Rubén, que evitó el segundo gol.

El equipo de Unzué bajó el ritmo mediada la primera mitad. Solo creó peligro hasta el descanso con un cabezazo de Cabral en un córner. El Deportivo reaccionó cuando combinó varios pases en el centro del campo, una leve mejoría con la que creó su única oportunidad durante el primer tiempo, un potente tiro lejano de Guillerme que despejó Sergio; más allá de un centro lateral de Lucas Pérez en el que pidió penalti por mano de Cabral.

El derbi flaqueó en la segunda parte hacia una disputa ruidosa, más piques e imprecisiones sobre Balaídos, menos fútbol, pocas ocasiones; en la primera media hora poco más de un cabezazo de Krohn-Dehli para el Deportivo, un cañonazo de Sisto desde fuera del área para el Celta y un gol bien anulado a Wass por fuera de juego.

Sin claridad para combinar en los metros finales, con el partido descosido en la zona de creación, y pese a los cambios de los entrenadores, nada alteró la quietud del derbi en los minutos finales, salvo los pequeños arrebatos del Deportivo; primero con un tiro de Borja Valle que se le envenenó al portero Sergio cuando la pelota tocó en Cabral y después, en el minuto noventa, con un gol de Lucas Pérez, que recogió en el área pequeña un buen pase de Andone para liquidar las escasas opciones europeas del Celta.