El Atlético ha vuelto a ganar a lo Atlético. El equipo de Simeone ha sumado tres puntos en un partido intenso y vibrante, pero con poca claridad, gracias a un gol de Nico Gaitán al poco de comenzar el envite contra el Betis. Los rojiblancos llevaron el tempo y la manija de un encuentro que se jugó siempre como quisieron que se jugara, para meter presión a la cabeza de la tabla y apurar sus opciones de acabar tercero antes de que finalice la primera vuelta.

Lo que está claro es que el Atleti está siendo de nuevo el Atleti. Partido duro. Partido rocoso, de los que gustan a los técnicos. Partido en el que había que sudar y mucho para crear algo. Y eso que parecía que se avecinaba tarde plácida en el Calderón cuando en el minuto 9 Gaitán adelantó a los rojiblancos. La defensa de cinco planteada por Víctor se hirió a sí misma con un horrible despeje de Donk hacia atrás que el argentino aprovechó para batir a Adán. Lo más difícil estaba hecho.

O eso parecía, porque a pesar de que el Atlético tuvo el dominio durante gran parte de la primera mitad el Betis apenas concedía, sabedor de que alguna terminarían teniendo. Las tuvieron, y no precisamente pocas, porque conforme pasaban los minutos los béticos despertaron y se asentaron en el Manzanares, y Moyá tuvo que empezar a actuar. Sobre todo con un disparo de Jonas en una jugada en la que el Betis combinó en el área de forma sencilla y que el francés remató casi a bocajarro desde más cerca del punto de penalti.

No estaba precisamente cómodo el equipo de Simeone, incapaz de crear en ataque y con serios problemas para recuperar rápido el cuero. Griezmann, impreciso. Koke, desaparecido. Y Torres, de nuevo titular, sin presencia alguna. Las mayores alegrías las daba la banda derecha con Saúl y con Vrsaljko, con el croata en plan puñal ante Durmisi. Pero no fue suficiente para un equipo que en la segunda parte tenía clara cuál era la idea.

Había que dormir el partido. Que no pasara nada en el área de Moyá y ser listos para, sin asumir riesgos, aprovechar alguna para finiquitar el partido. Con Carrasco en el verde en detrimiento de un cada vez más determinante Gaitán, la banda izquierda comenzó a tener presencia. El belga volvió, y a punto estuvo de volver con gol si hubiera estado más fino en un remate franco con su derecha tras un buen recorte.

El plan salió a medias, porque el Betis estaba bien atado, con Rubén Castro apareciendo a duras penas y con Alegría bien tapado. La entrada de Gameiro, para aprovechar su velocidad, su conexión con Griezmann y la defensa de cuatro de un cuadro andaluz ya con poca gasolina, puso en mayores aprietos a la zaga bética y a Adán, pero no para anotar el tanto de la tranquilidad. Al final, objetivo cumplido para los rojiblancos con los tres puntos, que es lo que se terminará recordando cuando LaLiga llegue a su fin.