En abril de 1989 ocurrió la tragedia de Hillsborough en un partido entre el Liverpool y el Nothingam Forest. Llegaron más aficionados de los que se esperaban, sin embargo dejaron que entraran todos amontonando de pie el doble de público del permitido.

Y la tragedia llegó, una avalancha que acabó con 96 fallecidos.

30 años después, tras la investigación más larga de la historia judicial británica, el comisario responsable de la seguridad, David Duckenfield, ha sido absuelto de los cargos de negligencia y homicidio. Las familias han llorado de la impotencia, porque todos estos años de lucha y de recordar estos dolorosos momentos no han servido de nada y sigue sin haber un responsable.