Uno de los periodos más convulsos de la NBA llega con el cierre del mercado de traspasos. Es el último día en el que las franquicias pueden conseguir jugadores que les den el salto definitivo para luchar por el anillo o pulsar el botón rojo y deshacerse de sus estrellas a cambio de rondas de Draft.

Y esta temporada, con el último día aún por delante, los equipos han adelantado el trabajo. Los Dallas Mavericks abrieron la veda con el traspaso que les hizo conseguir a Kyrie Irving y ahora han llegado nuevos movimientos en la liga: Kevin Durant a Phoenix Suns y Russell Westbrook a Utah Jazz.

En el caso del alero, Brooklyn ha decidido poner punto final a ese proyecto que juntó a Harden, Irving y él. Tras la salida de los dos primeros, Durant también abandonará a los Nets rumbo Phoenix para juntarse con Chris Paul y Devin Booker en una clara apuesta de los Suns por el anillo.

A cambio de él (y TJ Warren), cuatro primeras rondas y tres aleros: Mikal Birdges, Cam Johnson y Jae Crowder. Este es el primer traspaso de la carrera del MVP en un nuevo intento por ser campeón de la liga.

En el caso de Westbrook, encajar las piezas ha sido más difícil. Tanto que se han necesitado tres equipos involucrados en el traspaso: Los Angeles Lakers, Minnesota Timberwolves y Utah Jazz. Y cada uno ha conseguido un base nuevo para sus respectivos proyectos.

El resultado final ha sido que los Lakers han recibido a D'Angelo Russell, Malik Beasley y Jarred Vanderbilt, Minnestota se lleva a Mike Conley, Alexander-Walker y varias rondas y Utah a Westbrook y una primera ronda.

Dos traspasos que cambian por completo la NBA y que obligarán a estos mismos equipos y a sus rivales a moverse por el mercado en busca de nuevas piezas para luchar por ganar la NBA.