"Felicidad absoluta...". Yannick Nzosa, jugador de Unicaja de Málaga, se ha reencontrado con su madre un año y medio después. Ese es el tiempo que llevaban sin verse ante las restricciones del coronavirus.

El jugador no pudo viajar a casa el pasado verano y ahora se han reencontrado en un entrenamiento de Unicaja. "La verdad es que no me lo esperaba. Es una sorpresa que nunca la había pensado. Es uno de los días más felices de mi vida", dice, muy emocionado.

Su madre ha viajado desde el Congo en un viaje que ha sido organizado por su club y que ha provocado las interminables lágrimas de Nzosa: "Ver que viene y aquí y que me vea entrenando con todo el equipo... es una cosa increíble".

Esperó, escondida en las entrañas del Martín Carpena, para darle una sorpresa a su hijo al finalizar el entrenamiento. Y Nzosa, ya ven, no ha podido contener las lágrimas junto a ello: "Es uno de los días más felices de mi vida".