El beso lésbico de dos mujeres vestidas de fallera, que revolucionó las redes sociales en 2014 cuando fue portada de una revista gay, ha revivido su protagonismo como figura central de una falla de la sección Especial de Torrent (Valencia), que el artista Raúl Martínez "Chuky" por fin va a poder plantar.

"Es una satisfacción increíble", a indicado a EFE su creador, cuyo monumento pertenece a la comisión Cronista Vicent Veguer i Esteve que, bajo el lema "T'ho veus?" (¿Te lo ves?), pretende hacer una "reflexión" sobre colectivos invisibles y mandar un mensaje de "implicación y responsabilidad social".

Una fallera mayor que sobrepasa los 30 años, un hombre que es "fallero mayor" o un presidente con síndrome de Down o alguna discapacidad son algunas de las figuras que expondrá este monumento fallero reivindicativo, cuyo remate serán las dos falleras besándose y que tiene unos ocho metros de alto.

Un monumento de "integración y visibilización"

Según explica el autor, su falla "no es especialmente alta o grande pero sí lo suficiente, y el mensaje es lo importante". Su trayectoria ligada a proyectos de calado social y que, avanza, ya trabaja para plantar en 2022 para la misma comisión una falla sobre la pandemia y que, por eso, la covid "no se ha colado" en este monumento en diferido.

Cuando presentó el proyecto de monumento para esta falla de Torrent, que doblaba su presupuesto habitual hasta los 20.000 euros, el artista confesó que había quedado "impactado" cuando hace cinco años vio en la portada de la revista EGF and City el beso de amor lésbico de las falleras por lo "valiente" y "bonita" que era.

Arrancan las Fallas

Valencia está desde este miércoles en Fallas y sus calles acogen la plantà de los primeros monumentos, los infantiles, tras año y medio de espera y en un ambiente marcado por la pandemia y sus restricciones, unido a unas malas previsiones del tiempo, con chubascos y bajada de las temperaturas.

Estas atípicas -son en septiembre en vez de en marzo- Fallas de 2021 son la primera fiesta popular en una gran ciudad europea en medio de la pandemia y se erigen como ejemplo de celebración segura y a la vez divertida, por lo que las autoridades han apelado a la responsabilidad para cumplir las normas y evitar un repunte de los contagios en pleno descenso de la quinta ola.

Lo que más preocupa -aparte del mal tiempo, azote para las fallas que arderán el domingo- son los botellones y las reuniones sociales en la calle en el horario del toque de queda -de 1 a 6 horas de la madrugada-; por eso, la ciudad se blinda con 5.500 agentes de la Policía Local y la Policía Nacional, entre el servicio ordinario y los refuerzos, a los que se unirá la Policía Autonómica. Incluso el Ayuntamiento ha contratado seguridad privada para algunos actos.

Medidas COVID

Este año las medidas sanitarias dejarán huérfana de mascletaes la plaza del Ayuntamiento, y de castillos de fuegos artificiales el viejo cauce del río Turia, para evitar aglomeraciones; pero habrá Ofrenda a la Virgen de los Desamparados -entre el viernes y el sábado- y Cremà el domingo, aunque con medidas especiales.

Todos esos actos, pactados con la Conselleria de Sanidad, se celebrarán con mascarilla obligatoria, incluso en espacios al aire libre, con aforos limitados y garantizando en todo momento la distancia de seguridad.

Las despertaes pirotécnicas serán estáticas y con control de participantes y espectadores, y los desfiles y pasacalles tendrán bandas aunque los músicos, siempre con mascarilla salvo los de viento, tendrán que estar a dos metros de los falleros.

La Ofrenda, uno de los actos más emotivos, cambia su itinerario, suma mascarillas a las flores, con filas de 4 falleros -o 5 si son niños-, sin público y solo con un 40 % de la gente habitual -casi 109.000 personas en 2019-, mientras que la Cremà se adelanta dos horas para cumplir el toque de queda, cierra calles y acota el aforo.

Las carpas se usarán sin laterales, solo con techado, y cualquier actividad en los casales se regirá por las normas de la hostelería (75 % de aforo y máximo grupos de 6 personas), mientras que las comidas, almuerzos y cenas serán al aire libre y la visita a las fallas será con control de accesos, doble vallado y señales.

Las mascletaes y los castillos, que dejan sus ubicaciones habituales, se realizarán dispersos por la ciudad, en localizaciones sin anunciar para evitar que se agolpe el público, y además este año cada comisión -unas 375 solo en la ciudad de Valencia- tiene un coordinador covid para velar por el cumplimiento de las normas.