Acostumbrados a imaginarles viviendo en la opulencia de sus palacios como representantes de los dioses en la tierra, los faraones no eran más que humanos. En sus vidas hubo otros detalles que no cuentan los libros de historia.

"En el imaginario tenemos todos la muerte más bien del faraón, las pirámides, los sarcófagos y las momias. Sin embargo, esta exposición pretende ofrecer un relato sobre cuáles eran los símbolos de poder del faraón", afirma Isabel Fuentes, directora de 'Caixaforum Madrid'.

Guerreros y diplomáticos, su legado a lo largo de más de 3.000 años de reinado sigue intacto en estas piezas. En la exposición, según cuenta Isabel Fuentes, "hay esculturas, hay joyas, hay losetas y hay papiros".

También hay cartas en piedra. En una de ellas, un rey babilonio se queja de los pocos regalos que le mandó un faraón en comparación con los que él había enviado a Egipto. En otra, un faraón escribe que está esperando a una princesa babilonia para casarse con ella.

Escrituras también como la lista de reyes de Ramsés II, donde incluso hubo faraones que fueron eliminados de ella. "Es el caso de Tutankhamon, que todos lo conocemos porque se descubrió su tumba intacta pero, realmente, en la historia contada por los propios egipcios, no había aportado gran cosa", explica la directora de 'Caixaforum Madrid'.

Cuando los arqueólogos la abrieron en 1922, encontraron más de 5.000 objetos intactos en su interior. Pequeñas y cuidadas piezas de orfebrería, al detalle, muchas de ellas rescatadas de los depósitos del museo británico que no puede exponerlas por falta de espacio.