Marcos es sordo profundo y lleva audífonos desde que tenía cuatro meses; por primera vez en su vida disfruta de una ópera en el Teatro Real y puede hacerlo gracias a un bucle magnético, un sistema invisible que se esconde en el suelo o en los rodapiés de este edificio histórico. "Básicamente se trata de un cable que rodea una superficie y que en los extremos van conectados a un amplificador y a una megafonía", explican.

Marcos sólo escucha ruidos en una ópera sin bucle y con él puede escuchar la maravillosa música de los artistas del teatro: pasa de captar un 40% de los sonidos de la obra al 100% y sobre todo le permite emocionarse. "Yo por ejemplo a los cinco minutos ya estaba con lagrimones, porque el captar todo, tanto la voz como la música, hace que afloren en ti sentimientos y emociones", explica.

Un elemento que también permite la integración del público. "No necesitan ningún tipo de elemento adicional más que su propio audífono y eso permite pues estar disfrutando de la ópera como cualquier otro espectador", explica la dirección del teatro.

El objetivo es que otros edificios cuenten cuanto antes con bucles magnéticos, un sistema que facilita la comunicación pero, sobre todo, cumple sueños como que una persona sorda pueda escuchar, de verdad, una ópera.