Muzak nos ha acompañado toda la vida, pero sin hacerse notar... Es la música del ascensor, o la del dentista: neutra y anodina. Hecha para no ser escuchada y más conocida como 'hilo musical'.

Lo inventó en 1910 un general de división, George Squier. Lo llamó Muzak combinando las palabras Música y Kodak, sólo porque le gustaba como sonaba esta marca.

Su uso original era relajar a la gente en los ascensores de los rascacielos en los años 20, que en aquel entonces eran muy lentos. Pero pronto se demostró que esta música no sólo calmaba a los usuarios de los elevadores.

Acompañó a los clientes de peluquerías, consultas médicas, centros comerciales y lugares de trabajo. Incluso la Nasa reconoció que la usaba para evitar el estrés de sus astronautas y el presidente Eisenhower confesó que instaló hilo musical en toda la Casa Blanca.

Muzak Corporation fue acusada de incentivar el consumo masivo a través del hilo musical. A pesar de sus detractores, el Muzak tuvo tanto éxito que inspiró un nuevo género: la música ambiental, que hizo multimillonario a Brian Eno cuando creó en los 70 un álbum de música para aeropuertos, pero esa es otra historia. La nuestra es: 'Thank you for the Muzak'.