Josefina Molina, directora, guionista, literata y feminista sobre todas las cosas, ha recibido un Premio Nacional de Cinematografía con el que el cine español "hace justicia" con una mujer que siempre ha vivido "a contracorriente", pionera, luchadora y referente para generaciones de mujeres cineastas.

"Si miro hacia atrás -ha dicho Molina al recibir su premio-, lo que tengo más claro es que si no me hubiera dedicado al cine estaría en el vacío. Quería hacer cine, sobre todo y ante todo", ha declarado la octogenaria que ha pedido ayuda a su amigo José Carlos Plaza para ver "qué hacía", porque le faltaba el aire.

Molina ha dedicado su premio a las mujeres de su generación y a sus compañeras de CIMA "que han sabido sustituir la soledad por la solidaridad".

También ha tenido un recuerdo para la exministra feminista Carmen Alborch, por su contribución "a las inquietudes intelectuales que afectan a las mujeres", y también para "todas las mujeres que hemos batallado porque las mujeres tengan los mismos derechos que nuestros compañeros", entre ellas, la actual vicepresidenta en funciones y exministra de Cultura, Carmen Calvo.

Pero sobre todo, Molina ha trasladado su premio "a aquella niña de Córdoba, nacida en la Guerra Civil, que hizo todo lo posible por romper la inercia con la que destinaban a las mujeres a las tareas del hogar: a aquella niña que decidió dedicarse al cine".

"Las leyes han venido después de mucho batallar, y de muchas víctimas en el camino, pero ahora nos encontramos con algo que no esperábamos: el rechazo malintencionado y vergonzante de quienes quieren quitar las leyes contra la violencia de género. Todas las luces rojas se han encendido", ha dicho Molina.