Agentes de la Policía Nacional han recuperado en la provincia de Cáceres unos 12.000 objetos arqueológicos de gran valor histórico y que cuentan con un altísimo interés científico y gran valor económico. La operación se ha saldado con un detenido, arqueólogo y licenciado en Geografía e Historia, que llegó a "restaurar" alguna pieza valiosa con masilla blanca y pegamento de forma improcedente.

La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de que una persona -que ha participado incluso en alguna prospección arqueológica- estaba en posesión de una cantidad considerable de pizarras de origen visigodo de escritura, dibujo y numerales, todas ellas procedentes de expolio y con un gran valor histórico. La particularidad de estas pizarras es que se trataba de materiales originales y que pertenecían a una época de la que se conservan escasas referencias escritas.

Tras diversas gestiones, los agentes lograron identificar y localizar a esta persona en una localidad de Cáceres. Asimismo, pudieron comprobar que, además de las pizarras visigodas de las que el detenido había publicado incluso algún artículo en revistas especializadas, este hombre poseía gran cantidad de otros objetos arqueológicos, sobre todo monedas. Con el objetivo de recuperar las pizarras y el resto de piezas arqueológicas procedentes de expolio, agentes especializados en Patrimonio Histórico llevaron a cabo un registro en el domicilio del investigado. En ese momento fue detenida la persona investigada por su presunta implicación en delitos contra el patrimonio histórico y apropiación indebida.

En el registro practicado, los agentes recuperaron gran cantidad de objetos arqueológicos entre los que se encontraban las pizarras visigodas así como fíbulas, restos de cerámicas, piezas de instrumental médico de cultura romana, miles de monedas de diferentes épocas y culturas, piezas de industria lítica, hojas de armas romanas, un revolver histórico y hebillas visigodas, entre otros. Además del valor económico, entre las piezas recuperadas hay algunas de altísimo interés científico e histórico que, sin embargo, se ve mermado por la pérdida del contexto arqueológico. El arco cronológico en el que se crearon los objetos intervenidos abarca más de 100.000 años de Historia de la Península Ibérica.

Entre ellos destaca una pizarra visigoda de tono rojizo que, con sus 20,5 por 9,8 centímetros, es un documento excepcional. De finales del siglo VII o principios del VIII, el texto fue plasmado en cursiva romana en un latín tardo- antiguo plagado de contracciones y de los errores propios de su tiempo. Su traducción da cuenta del robo de siete cabras sufrido por una mujer de nombre Terentia pero, al tratarse de un fragmento, tan solo se tiene constancia del hecho.

También ha sido recuperado un un vaso campaniforme que, fechado entre los años 2200-1500 a.C., se caracteriza por su forma acampanada y la decoración incisa. Procedente de expolio, el vaso ha sido sometido a una restauración irregular por el detenido mediante el uso de materiales inapropiados como masilla blanca y pegamento.

Entre otros efectos recuperados se encuentran una cajita con siete piezas de instrumental quirúrgico de época romana, o un bifaz -o pieza lítica bifacial- que se trataba de la herramienta más emblemática de la Prehistoria y, debido a que era utilizada en múltiples funciones, es coloquialmente conocida como "la navaja suiza" del Achelense. Igualmente intervenidos fueron un sello sefardí del siglo XIV -con texto en hebreo y con la representación figurada de la flor de lis flanqueada por dos aves-, un revólver histórico tipo Lefacheaux o un hueso tallado que podría representar una azagaya prehistórica, especie de arma de asta primitiva y ligera característica del Paleolítico superior europeo.