Alejandro Sanz sigue escribiendo páginas en la historia de la música y de la capital española: él fue el último artista en actuar en el estadio Vicente Calderón y se ha convertido en la primera figura nacional que asalta el Wanda Metropolitano en una velada que se ha saldado, una vez más, con éxito.

Junto a los Bruno Mars, Ed Sheeran o Iron Maiden que de momento han pasado por aquí (y los que están por venir, como Muse o Bon Jovi), el madrileño ha hecho debutar en casa su más reciente trabajo, "#ElDisco", nada menos que ante unas 60.000 personas que agotaron todo el aforo a velocidad estratosférica, demostrando que en vivo sigue siendo el coloso a batir.

Sanz ha concebido un repertorio diferenciado, muy incardinado en ese citado último trabajo, doble platino en España, del que han sonado siete canciones de nueve, con un repaso asimismo a sus demás álbumes. No ha faltado 'Corazón partío' como remate, ni 'Mi soledad y yo', 'Amiga mía' o '¿Y si fuera ella?' (eso sí, en formato de popurrí). Además, ha habido grandes sorpresas: la aparición estelar de Camila Cabello en 'Mi persona favorita', la de Sara Baras para bailar 'El alma al aire', la de Dani Martín en la popera 'Lo que fui es lo que soy' y de Pablo Alborán, el otro astro actual de la música española, en 'No tengo nada'.

La gran 'A' invertida que se ha convertido en el símbolo de esta etapa del músico ha recibido al público en forma de pasarela desplegada desde el escenario donde aguardaba la banda, un grupo de más de diez miembros fundamental en el desarrollo de la velada.

"La primera luz fue aquí en mi tierra, Madrid y Madrid, yo quisiera ser tuyo para siempre", ha proclamado ante un broche final en el que, entre gritos de "¡Alejandro, Alejandro!", han estallado los grandes clásicos, los 'Quisiera ser', 'Y si fuera ella', 'Amiga mía', 'Lo ves' y, como colofón, 'Corazón partío'.