Una foto inmortalizando las vacaciones en la playa, o un vídeo en casa haciendo ejercicio o con el perro. Esas imágenes y vídeos que subimos comúnmente a las redes sociales sirven ya a la Policía para conocer el nombre de la persona que aparece en ellas, su dirección y muchos más detalles, según el 'New York Times'.
¿Y cómo funciona? "Se hace una recopilación masiva de esa información de redes sociales, una información que es pública", explica Javier Jarauta, experto en ciberseguridad. Son más de 3.000 millones de imágenes y vídeos procedentes de redes sociales, al servicio de las fuerzas de seguridad.
La policía de Estados Unidos ya tenía sistemas de reconocimiento facial desde hace años, pero solo podían acceder a imágenes de su base de datos. De quienes habían sido arrestados, por ejemplo. Pero con esta aplicación acceden a fotos y vídeos de todo el mundo, eso sí, sin preguntar por nuestro consentimiento.
"La Policía puede utilizar una red social para investigar, pero el problema está en la autorización de datos para los cuales los agentes no están autorizados, y para estar autorizados necesitan o el consentimiento del titular o la autorización de un juez", cuenta Serafín Giraldo, Inspector del Cuerpo Nacional de Policía.
Durante el año, según informa el mismo medio, el año pasado la habrían utilizado más de 600 agencias y cuerpos de seguridad de Estados Unidos. Entre ellos el FBI o el departamento de Seguridad Nacional.
No solo podrían acceder a nuestra identidad, porque no en todas las fotos salimos solos. Quienes nos acompañan o datos sobre nuestra ubicación pueden quedar al descubierto, incluso puede redirigirles a enlaces o sitios web en los que hayan aparecido: saberlo todo sobre quién sale en una foto que se ha hecho para compartir con los suyos.