Parte de los 88 huevos han sido trasladados a la playa de El Saler, una de las menos visitada por los bañistas, y otra parte al Oceonogràfic de Valencia con el objetivo de preservarlos y protegerlos y asegurar el nacimiento de las crías. Esta última institución ha recordado a los ciudadanos que han de avisar si ven una situación parecida para llevar a cabo el protocolo correspondiente.

En los últimos años, se ha reducido el desove de esta especie protegida de tortugas en las playas mediterráneas, debido al ascenso de las temperaturas del mar, que provoca el despiste del animal.