En zonas del estrecho de Gibraltar y de la costa gallega se han dado varios casos de orcas que impactan contra las embarcaciones, principalmente veleros. "Ya identificábamos esas interacciones anteriormente, solo que desde 2020 se introduce, digamos, la novedad del contacto físico", explica Alfredo López, del grupo de trabajo Orca Atlántica.

Para los tripulantes de un velero que navegaba por el Estrecho el impacto fue tan fuerte que rompió el timón y perforó el casco. De hecho, tuvieron que achicar agua con una bomba que les lanzaron desde un helicóptero hasta que les remolcaron.

El riesgo, insisten, no es solo para las embarcaciones, también para los animales, que pueden llegar incluso a morir. "Identificamos 35 ejemplares de la subpoblación de orca atlántica y son muy poquitos, es una población demasiado pequeña y la pérdida de un ejemplar sería muy negativo", apunta López. Por ello, el Gobierno ha impulsado el marcaje satelital de las orcas para minimizar estas interacciones.