La supuesta relación entre fumar y contraer coronavirus lleva siendo objeto de polémica en los últimos meses. Sin ir más lejos, ayer, Galicia prohibió fumar en todos los espacios públicos en los que no se pueda mantener la distancia de seguridad, una medida pionera en la Unión Europea.
Este tema no solo está adquiriendo relevancia en Europa, también lo está haciendo en Estados Unidos, donde la Universidad de Stanford ha realizado una investigación publicada a principios de julio que prueba que los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos tienen entre cinco y siete veces más probabilidades de contraer la COVID-19 que los que no utilizan estos dispositivos.
El estudio, publicado en la revista 'Journal of Adolescent Health', recogió información del consumo de tabaco de un total de 4.351 jóvenes de 13 a 24 años que vivían en El Distrito de Columbia y tres territorios más de Estados Unidos.
A los encuestados se les preguntó si alguna vez habían usado dispositivos de vapeo o cigarrillos electrónicos, así como si habían vapeado o fumado en el último mes. También respondieron cuestiones sobre si se habían sometido a la prueba de la COVID-19 o si habían recibido algún diagnóstico positivo después de la prueba. Las respuestas llevaron al equipo científico a extraer las siguientes conclusiones:
- Los jóvenes que habían consumido cigarrillos en los últimos 30 días tenían casi cinco veces más probabilidades de haber experimentado síntomas del COVID-19, como tos, fiebre, cansancio y dificultad para respirar, que aquellos que nunca fumaron o vaporizaron.
- Los consumidores de vaper o cigarros normales tenían de 2,6 a 9 veces más probabilidades de haberse hecho un test que los no consumidores. El estudio justifica que esto se debe a que muchas veces las pruebas estaban limitadas a aquellas personas con síntomas.
- Los fumadores de vaper y de cigarrillos convencionales tenían 6,8 veces más probabilidades de ser diagnosticados con la enfermedad.
Sin embargo, dado que los jóvenes que fuman vaper también suelen fumar cigarros normales, no se pudo probar ninguna relación entre consumir tabaco tradicional y contraer la COVID-19.
Esta investigación tira por tierra el pensamiento general de que los adolescentes y jóvenes no tienen por qué sufrir los síntomas de la COVID-19. La realidad es que los jóvenes que usan vaporizadores y los que utilizan los dos tipos de dispositivos (tradicional y eléctrico) tienen un riesgo elevado de contraer la enfermedad, advierte la autora principal del estudio y profesora de pediatría, Bonnie Halpern-Felshe en un artículo de la revista de la universidad estadounidense.
¿Fumadores pasivos en peligro?
Tras la prohibición de Galicia de fumar en espacios públicos sin distancia social garantizada, en nuestro país se ha abierto el debate en torno a la cuestión. Según explicaba la química y divulgadora científica Déborah García Bello en una entrevista en Más Vale Tarde, todavía no saben con certeza si el virus puede contagiarse a través del humo del tabaco.
En este sentido, la experta señaló que cada vez hay más evidencia científica de que los aerosoles, las gotas pequeñas que expulsamos al gritar, cantar o fumar cualquier tipo de objeto (cigarros, cachimbas o vaper), podrían contener la carga viral suficiente para contagiar a otras personas. Actualmente, "no podemos decir que el virus favorezca el contagio pero tampoco podemos negarlo con rotundidad", explica la química. Por este motivo, las autoridades sanitarias están aplicando el principio de precaución.
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