La vacuna contra la malaria ya es una realidad. 30 décadas de investigación y por primera vez en la historia se abre la esperanza en África. La vacuna pretende acabar con el más de medio millón de muertes que provoca la enfermedad cada año, principalmente en niños de África Subsahariana. "Creo que lo que me motivó para seguir trabajando fue el tremendo impacto que tendría para la gente Subsahariana y especialmente para los niños", cuenta el padre de la vacuna, Joe Cohen.

El estudio ha culminado con el Mosquirix, para el que la Agencia Europea del Medicamento ya ha dado luz verde. El proyecto cuenta, además con aportación española. Porque un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona probó las vacunas en Mozambique.

John Aponte, investigador afirma que "un estudio muy grande en el cual había 800 africanos y muchísimas instituciones involucradas que tenían como objetivo evaluar la eficacia de la vacuna y la seguridad". Con una eficacia del 39%, la vacuna todavía no ofrece protección total. Por ello, debe combinarse con medidas preventivas como las mosquiteras o una pintura repelente, que se fabrica en esta empresa de Peñíscola.

Ahora, sólo queda que la Organización Mundial de la Salud ponga fecha para su uso, que podría ser a finales de año. El laboratorio GSK que comercializará el Mosquirix ya ha anunciado que lo hará a precio de coste con un margen del 5%, que se reinvertirá en más investigación.