El inexplicable comportamiento de la estrella KIC 8462852 la ha hecho famosa. Hasta en dos ocasiones, en 2011 y en 2013, la misión Kepler observó que la luz de la estrella se atenuaba drásticamente porque algo tapaba la trayectoria de su luz.

Un nuevo estudio realizado a partir de datos del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA ha venido a apoyar la posibilidad de que estos cambios en la luz del astro se deba a un 'enjambre' de cometas que se crucen en su camino. Este trabajo, dirigido por Massimo Marengo, de la Universidad Estatal de Iowa, Ames, ha sido publicado en 'Astrophysical Journal Letters'.

Según los expertos, una forma de aprender más acerca de la estrella es estudiarla en luz infrarroja, mientras que Kepler la observó en luz visible. Si un impacto planetario, o una colisión entre asteroides, estuvieran detrás del misterio de KIC 8462852, entonces debería haber un exceso de luz infrarroja alrededor de la estrella. Trozos de roca deberían estar a la temperatura adecuada para brillar en longitudes de onda infrarrojas.

Al principio, los investigadores trataron de buscar esta luz infrarroja usando el telescopio WISE de la NASA pero no la encontraron. Esas observaciones fueron tomadas en 2010, antes de los extraños sucesos observados por Kepler y de cualquier colisión que hubiera levantado polvo.

Para buscar la luz infrarroja que podría haber sido generada tras estos raros eventos, los investigadores recurrieron a Spitzer, que afortunadamente acaba de observar KIC 8462852 recientemente, en 2015.

"Spitzer ha observado los cientos de miles de estrellas donde Kepler se centraba para encontrar planetas, con la esperanza de encontrar la emisión infrarroja del polvo circundante", ha señalado Michael Werner, científico del proyecto Spitzer en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.