A 185 años luz de la Tierra hay un planeta que ha provocado la curiosidad de buena parte del mundo científico. Valga la redundancia, los astrónomos procedentes del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts, por sus siglas en inglés) responsables de su descubrimiento lo han bautizado en homenaje a nuestra pachamama. Se trata de ‘la Tierra Pi’, que tiene una dimensión casi idéntica a la de nuestro planeta y, curiosamente, completa su ‘año’ —es decir, su órbita alrededor de la estrella— en exactamente 3,14 días.
Las conclusiones de los científicos indican que este nuevo planeta descubierto aún parece estar dando vueltas alrededor de su estrella: "Se mueve como un reloj", asegura en un comunicado Prajwal Niraula, del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias (EAPS) y autor principal del estudio. Este es solo uno de los múltiples datos extraídos del lugar, que además se presenta como terrestre: "Si bien su masa aún no se ha determinado, los científicos sospechan que K2-315b es terrestre, como la Tierra", apunta la organización científica.
Un planeta difícilmente habitable: nos coceríamos "como un pastel"
Ahora bien, pese a las similitudes de tamaño entre este nuevo objeto (técnicamente llamado K2-315b) y la Tierra, los autores de la investigación concluyen que lo más probable es que la raza humana jamás se pueda instalar allí: "Su órbita estrecha acerca al planeta lo suficiente a su estrella como para calentar su superficie hasta 450 kelvin, o alrededor de 350 grados Fahrenheit", apunta el MIT. Es decir, temperatura perfecta para hornear un postre: "Literalmente perfecta para cocinar un pastel", bromea la entidad.
"Esta temperatura sería demasiado caliente para ser habitable en el entendimiento común de la frase", indica Niraula, que aun así no esconde su emoción ante el descubrimiento de este planeta. No solo se trata de la curiosidad que genera que su órbita coincida con el número pi, sino que también "puede resultar un candidato prometedor para estudiar las características de su atmósfera", sentencia el investigador.
Speculoos: el ‘cazador de estrellas’ que ha confirmado el descubrimiento
Hay que remontarse al año 2017 para dar con el origen de este hallazgo. Los conductores del estudio, que se ha publicado en la revista ‘The Astronomical Journal’, hallaron señales de la existencia de este objeto a través de la misión K2 del telescopio espacial Kepler de la NASA. Realmente, la agencia espacial lanza estas "campañas", como las definen, periódicamente. Los científicos del MIT aprovecharon la número 15, destinada a observar la constelación de Escorpio. Tras el análisis, el equipo dio con el hallazgo: no eran dos estrellas en espiral girando una sobre la otra. Era un exoplaneta en tránsito, y se asemejaba mucho a la Tierra.
Tras la utilización de la tecnología de la NASA, tocaba dar un salto mayor en las indagaciones. Para ello, los científicos se apoyaron en un proyecto conocido como Speculoos. En palabras de la Agencia Espacial Europea, "consiste en cuatro telescopios Ritchey-Cretien equipados con espejos de un metro de apertura". Algunos están estratégicamente ubicados en el desierto de Chile, donde también se encuentra el célebre telescopio VLT (Very Large Telescope).
Speculoos se creó con un objetivo muy definido: "Detectar planetas del tamaño de la Tierra que orbitan estrellas cercanas ultrafrías y enanas marrones", escribe la ESA. ¿Y por qué estos astros? Básicamente, porque son ideales para detectar otros planetas en órbita: "Los exoplanetas con estrellas anfitrionas más pequeñas bloquean más luz de sus estrellas durante el tránsito, lo que hace que estos eclipses periódicos sean más fáciles de detectar", indica la agencia espacial.
Los conductores del estudio han querido celebrar el hallazgo con tanta seriedad como humor. Efectivamente, puede suponer otro paso para el estudio de atmósferas externas a la de la Tierra. Pero, ante todo, le ha sacado unas cuantas sonrisas a los astrónomos: "Todo el mundo necesita un poco de diversión en estos días", concluye Julien de Wit, coautor de la investigación.
A 700 años luz
El telescopio Hubble capta la espectacular evolución de la estrella binaria simbiótica R Aquarii en un timelapse
Este cuerpo celeste está situado a 700 años luz de la Tierra y está catalogada como una estrella binaria simbiótica. Es realmente llamativa por las violentas explosiones que expulsan filamentos de gas resplandeciente.