Ni diésel, ni gasolina, ni eléctrico: esta es la nueva fórmula con la que Toyota quiere salvar a los 4x4

Los motores de combustión interna se encuentran en una situación peliaguda, pero sorprende que marcas como Toyota, el mayor fabricante de híbridos, quieran buscar soluciones para estos. Una de ellas es el combustible sintético, pero ahora la firma nipona va más lejos al intentar salvar a los 4x4 con la pila de combustible, y así lo demuestra con la Toyota Hilux de hidrógeno.

Y aunque bien es cierto que aún estamos ante los primeros compases del proyecto, Toyota no pretende quedarse en la fase de prototipos. Eso se debe a que la marca quiere comprobar la viabilidad de una Hilux de hidrógeno, y ello conlleva llevarla a producción y ponerla a la venta.

De momento, Toyota no ha hablado ni de precio ni de unidades, pero sí que su fabricación tendrá lugar en Inglaterra. Esto es así debido a la subvención que solicitó la firma al Centro de Propulsión Avanzada (APC) británico, y la cual ha sido otorgada. De esta manera, Toyota ya tiene a un equipo formando a sus trabajadores de Burnaston, localidad donde se encuentra su fábrica.

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Allí se adaptará la línea de producción para aplicar la pila de combustible de segunda generación a la Hilux, es decir, la misma que equipa el actual Toyota Mirai. Una vez que el proyecto haya tomado forma, la marca pondrá a la venta a la Hilux de hidrógeno, variante que estará destinada, principalmente, a empresas que quieran comprobar con sus propias manos la viabilidad de este.

Y es que como vehículo de campo queda comprobar como el hidrógeno actuará en situaciones de demanda de mucha potencia o cuando entren en acción sistemas como la tracción total o bloqueos de diferencial. Sea como fuere, e independientemente de esta cuestión, el hidrógeno como sustento de vida tiene sus ventajas ya no solo en los todoterreno, sino también en cualquier tipo de coche.

El primero de ellos es que estamos ante una fuente de energía limpia, y el segundo es que es mucho más práctico que la electricidad en lo que a aplicación al automóvil se refiere. Esto se debe a que repostar hidrógeno requiere minutos, aunque su principal punto débil es una red de repostaje, de momento, muy escasa, así como un precio para los coches de pila de combustible muy elevado.

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