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MECÁNICA SENCILLA

¿Tienes un coche diésel? Esta avería puede ser letal para su motor si no sabes cómo solucionarlo a tiempo

Muchos de los coches diésel más modernos tienen turbo y un fallo en esta pieza puede destruir el motor en segundos.

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¿Sabes cuántas piezas tiene un coche? Miles y miles así que es normal que algunas de ellas se rompan: la clave está en que hay determinados componentes que cuando lo hacen, dan paso a graves averías. Un buen ejemplo de ello es el turbo que incorporan muchos de los motores diésel más modernos: hay un fallo en esta pieza puede traducirse en un daño letal para tu coche, pero, por suerte, sabemos cómo evitarlo.

En la gama de averías de un turbo está la retroalimentación del motor: cuando este componente se rompe, envía aceite a la admisión del motor. No es la única causa que puede desencadenar este fallo: también puede estar provocado por fugas de aceite en los casquillos y, en raras ocasiones, cuando el cárter tiene una cantidad excesiva de aceite.

Aceite como combustible

En esta ocasión vamos a centrarnos en el primer caso: el turbo se rompe, manda aceite a la admisión y como comparte propiedades con el gasóleo, el motor es capaz de realizar la combustión usándolo como si fuera combustible. Este proceso se produce de forma incontrolada hasta que el motor consume todo el aceite… y gripa porque no tiene lubricación.

Sabrás que ha ocurrido porque se trata de avería con una vistosa escenificación: se producirá una humareda blanca y habrá mucho ruido. Bien es cierto que la retroalimentación del motor no es un fallo frecuente, pero puede suceder y puede, también, que no sepas cómo actuar. Toma nota porque tenemos buenas noticias: sí, se puede evitar este problema letal para un motor diésel.

Cómo evitar la avería

Mientras el motor tenga aceite y aire que quemar no parará así que apagarlo no tendrá efecto alguno. ¿Qué tienes que hacer? Intentar calar el coche: mete quinta o sexta, pon el freno de mano, pisa el freno y, de golpe, suelta el embrague. No lo hagas con suavidad porque quemarás el embrague y no lograrás calar el coche: tampoco uses la primera marcha porque, entonces, no funcionará el truco.

La siguiente pregunta es lógica: ¿Qué pasa cuando el coche es automático? Hay una solución también para estos casos y pasa por eliminar uno de los dos elementos que el motor necesita para llevar a cabo la combustión: el aire.

Para ello tendrás que tapar la admisión con un trapo o una prenda: busca la caja del filtro de aire y el tubo que va desde ella hasta el motor, corta el tubo o romper una abrazadera y tapónalo. Otra fórmula (más desesperada, eso sí) pasa por rociar la admisión con un extintor de CO2. Sea cual sea la opción elegida, no arranques después el motor porque volvería a iniciar el proceso que estás intentado solucionar.

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