NO SON COMO LOS CONOCÍAMOS

De tanto innovar, hemos olvidado cómo se hace un buen salpicadero

Las pantallas táctiles ocupan el protagonismo de la parte delantera del habitáculo de un coche. Sin embargo, cabe preguntarse si son una evolución a mejor o a peor

Interior del Ford Explorer Electric

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El diseño del salpicadero de un coche puede ser todo un arte. Debe mezclar estética y funcionalidad, dos conceptos a veces difíciles de compaginar. Pero esta parte del habitáculo ha cambiado bastante en los últimos años al integrar pantallas para el sistema multimedia y otras funciones. Los salpicaderos ya no son como los conocíamos.

Las pantallas táctiles son atractivas en un primer momento. Te ofrecen contenido para entretenerte, un modo accesible de navegación y la posibilidad de modificar la temperatura del coche, por ejemplo, de una manera más futurista, solo arrastrando tu dedo sobre la propia pantalla.

Los botones eran más prácticos

Los problemas comienzan con el uso. Cuando todas las funcionalidades del coche se activaban o variaban a través de botones, el sentido del tacto era suficiente. Sin embargo, ahora también es necesario usar la vista para colocar el dedo en el lugar justo de la pantalla táctil para encender o alterar una funcionalidad.

Interior de un coche
Interior de un coche | Freepik

Y eso aumenta el riesgo de accidente al apartar la mirada de la carretera. También incrementa el riesgo de llevarte una jugosa multa porque si la policía te pilla manipulando la pantalla del salpicadero, como si te pilla manejando el móvil, la sanción puede alcanzar los 200 euros. A la hora de pagar, seguro que se echarán de menos los botones.

Además, la respuesta de estas pantallas no es siempre la deseada. Se pulsaba sobre un botón para reducir la temperatura interior del vehículo, y listo. En las pantallas táctiles, tal vez no llegues a posicionar bien el dedo donde se debe, o la presión no sea la adecuada, o no identifique el movimiento del dedo correctamente, retrasando la respuesta y exigiendo aún más atención al conductor.

La guantera, gran sacrificada

Las pantallas, además, ocupan un espacio en el salpicadero que puede suponer el sacrifico de espacio en la guantera. En definitivo, un hueco más pequeño para guardar las cosas que quieres tener siempre al alcance, ya sean los documentos del vehículos, las gafas de sol o los CDs. Bueno, CDs ya no, perdón, en paz descansen. Pero una tablet o cargadores sí.

Estéticamente, los salpicaderos se parecen cada vez más entre sí. La inclusión de las pantallas interrumpen la continuidad de un diseño. Así que la parte delantera del habitáculo, que hasta hace no tanto podía ser una seña distinta de una marca, se está homogeneizando cada vez más. Ahora, de hecho, la distinción se busca en la propia pantalla, en su posición, que si se junta con el panel de instrumentos, que si se puede girar tantos grados, que si es de tantas pulgadas. Es el nuevo gran protagonista de todo lo que pasa más allá de los asientos delanteros hasta el parabrisas.

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