HASTA 12.000 EUROS DE SANCIÓN

No, no puedes repostar cualquier combustible para tu coche: algunos tienen multa

Repostar es algo rutinario para millones de conductores que, cada día, llenan el depósito de sus vehículos para poder seguir circulando. Sin embargo, hacerlo al margen de la ley es una infracción que puede llegar a alcanzar los 12.000 euros de multa. ¿A qué nos estamos refiriendo?

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Cada día millones de conductores llevan a cabo un hecho perfectamente rutinario y asumido como normal dentro del "ecosistema vial". Hablamos de los repostajes, o lo que es lo mismo, el acto de acudir a una estación de servicio en la que suministran diferentes tipos de carburantes que los motores térmicos de nuestros vehículos necesitan para seguir produciendo energía mecánica y, por tanto, poder seguir haciendo funcionar nuestros coches.

En los últimos años hemos asistido a un progresivo encarecimiento en el precio de los carburantes, un aumento de precio muy importante que ha provocado la rotura de todos los récords de precios tanto para el diésel como para la gasolina, que superaron ampliamente los 2 euros/litro durante junio y julio de 2022. En la actualidad, los precios se han moderado significativamente, especialmente en el caso del diésel, pero aún sigue siendo un importante gasto para muchos conductores.

No, no intentes pasarte de listo... porque puede ser peor

Muchos conductores toman la decisión, en situaciones así, de repostar combustible más barato. Hablamos del gasóleo rojo, o gasóleo B, un tipo de diésel especialmente indicado para uso industrial y profesional, pero que no es apto para un uso particular. Su tratamiento fiscal es diferente, de manera que no está sujeto a una carga impositiva tan grande como la del diésel convencional (el gasóleo A), y por tanto su precio es mucho más bajo. Para ponerlo en perspectiva, el precio medio actual del diésel los 1.4 euros/litro, mientras que el precio medio del gasóleo B apenas supera los 1.1 euros/litro.

Sin embargo, sus características químicas tampoco son las mismas que las del gasóleo A, de forma que su uso en turismos, especialmente en motores diésel de última generación, está fuertemente desaconsejado porque:

  • No cuenta con algunos de los aditivos que sí se encuentran en el gasóleo A
  • El número de cetano (que mide la resistencia a la combustión) es inferior en el gasóleo B que en el gasóleo A
  • Cuenta con un tinte específico de color rojo para facilitar su identificación

Este último punto es importante: como su uso a nivel particular está terminantemente prohibido, las autoridades cuentan con un sencillo mecanismo de control con el que prevenir fraudes. Se trata de comprobar el color el carburante que está en el depósito, que será rojo si se utiliza gasóleo B o, simplemente, si se ha utilizado gasóleo B en los últimos repostajes. En caso de ser detectados utilizando este carburante nos podremos enfrentar a una sanción muy importante que en el peor de los casos puede alcanzar, incluso, los 12.000 euros. ¿De verdad merece la pena tanto esfuerzo?

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