UNA FORD RAPTOR DE MG

MG se pasa al modo brutal y lanza su propia Ford Ranger

MG quiere más mercado lanzando una pick-up que rivalizaría con la Ford Ranger. Se llama MG U9.

MG U9

MG se pasa al modo brutal y lanza su propia Ford RangerMG

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Que MG ya no es la misma marca británica de antaño es algo que todos tenemos más que asumido, pero lo que igual no esperábamos es que la jugada maestra de su nuevo repertorio fuese una pick-up pensada para mirar de tú a tú a las reinas del segmento. Tal ha sido el éxito de sus coches, con modelos de éxito como el MG ZS que ha arrasado en ventas en España, que la marca se está creciendo y quiere competir de tú a tú en los terrenos más complicados.

No hablamos de un experimento de salón ni de un concepto bonito para fotos, sino de un modelo real, grande como un tráiler de cargado de paella y con ganas de incordiar a la Toyota Hilux y la Ford Ranger, que llevan décadas a sus anchas en este negocio de camionetas medianas.

MG U9
MG U9 | MG

La criatura se llama MG U9 y ya está dando guerra en Australia, que es un país que vive y respira pick-ups con la misma intensidad que aquí hablamos de bares o de fútbol. Lo curioso es que, en lugar de seguir el camino más fácil, MG se ha plantado con un producto que no solo compite en tamaño, sino que también va servido de tecnología, de equipamiento y, sobre todo, de precio, porque ahí es donde duele de verdad a las marcas de siempre.

Una camioneta que ha crecido con proteínas

La MG U9 es una pick-up que no se anda con bromas en las medidas: cinco metros y medio de largo, dos de ancho y casi uno noventa de alto. Vamos, que aparcarla en el centro de Madrid es deporte de riesgo porque es diésel y que en un garaje de Zaragoza acaba ocupando dos plazas y media, pero a cambio la cabina parece una sala de estar con asientos en vez de sofá. No solo hay espacio para piernas y cabezas, también hay una caja trasera en la que entra media ferretería y el material para una obra en el Bernabeu porque tiene capacidad para cargar más de 700 kilos y arrastrar hasta tres toneladas y media.

MG U9
MG U9 | MG

Lo mejor es que, en lugar de conformarse con el típico eje rígido y ballestas de toda la vida, MG ha montado una suspensión trasera multibrazo independiente que promete un confort mucho más cercano al de un SUV. Eso, unido a un arsenal de bloqueos diferenciales, reductoras y 22 centímetros de altura libre al suelo, hace que no sea un adorno para aparcar en la puerta del gimnasio, sino una herramienta con la que meterse en faena por caminos de cabras.

Para mover semejante mastodonte han tirado de un turbodiésel de 2,5 litros que entrega algo más de 220 caballos y unos 520 Nm de par, y que va acoplado a una caja automática de ocho marchas firmada por ZF. Traducido a la vida real: suficiente músculo para adelantar con remolque o para trepar por pendientes que harían sudar a un todoterreno clásico, con la ventaja de que, en condiciones normales, gasta menos de ocho litros a los cien.

MG U9
MG U9 | MG

Tecnología de salón en un chasis de trabajo

Si algo deja claro la U9 es que MG ha querido mezclar dos mundos que normalmente van separados: el del coche de lujo lleno de gadgets y el de la camioneta dura y pura. El resultado es una cabina con dos pantallas de más de 12 pulgadas, asientos que te dan masaje, conectividad inalámbrica y hasta un sistema que convierte el interior en un trastero rodante gracias a la cantidad de huecos para dejar cosas.

El equipamiento sigue con detalles que rozan lo extravagante para una pick-up: portón trasero eléctrico con escalón integrado, un “mid-gate” que abre paso de la cabina a la caja, y un techo panorámico que poco tiene que envidiar al de un SUV de gama alta. Todo esto sin olvidar la seguridad, porque la U9 ya ha pasado por ANCAP con cinco estrellas, gracias a asistentes de carril, control de crucero adaptativo, frenada automática de emergencia y hasta un sistema que vigila si el conductor está a punto de quedarse dormido.

MG U9
MG U9 | MG

Lo más sorprendente es el precio, que en Australia arranca en el equivalente a unos 33.000 euros, con el tope de gama rondando los 38.000, una ganga. Si llega a España, con impuestos y márgenes incluidos, se movería entre 40.000 y 50.000 euros, por eso no podemos tener cosas bonitas aquí. Aún así, cuando una Ranger bien equipada se dispara muy por encima de esa cifra, es una buena oportunidad para que MG entre a saco en el segmento.

¿La veremos por aquí o solo de lejos?

Por desgracia, ahora mismo su llegada a Europa todavía no parece concretada y lo más parecido que tenemos en nuestro mercado es la Maxus eTerron 9, que comparte plataforma pero es cien por cien eléctrica, cuesta bastante más y apunta a un cliente diferente. Aun así, con lo rápido que está moviéndose MG en Europa y lo bien que le está yendo con sus turismos y SUV, no sería descabellado pensar que en unos años acaben probando suerte con esta pick-up.

MG U9
MG U9 | MG

La guinda es que ya está en camino una versión híbrida enchufable para 2026, que promete más potencia y un consumo mucho más moderado que el diésel actual. Si esa variante llega a tiempo y con un precio decente, se podría plantar como una alternativa seria a cualquier Ranger o Amarok, sobre todo para empresas que buscan un vehículo capaz pero que no quiera estar en guerra diaria con Hacienda por los consumos.

En definitiva, MG se ha metido en el terreno más hostil del mercado, donde las marcas con nombre llevan décadas consolidando su prestigio, y lo ha hecho con un producto que, al menos sobre el papel, tiene todo lo necesario para dar miedo. Si en España nos quedamos fuera de la fiesta será una pena, porque lo cierto es que la U9 tiene pinta de ser ese juguete bruto que nadie esperaba de MG, y que igual consigue que en Ford y Toyota empiecen a mirar de reojo lo que viene de China.

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