LA OPERACIÓN TENK
¿Has sido afectado? Destapan una red criminal que vendía aceite como gasoil a algunas gasolineras low-cost de España
Estafa internacional que importaba combustible como aceite, usaba aditivos ilegales, y lo vendía en gasolineras low-cost.

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Si has repostado diésel en la zona del Levante estos últimos años es fácil que hayas repostado aceite en lugar de gasoil sin saberlo. No es clickbait: la Guardia Civil y la Agencia Tributaria acaban de desmantelar una red criminal que distribuía en varias estaciones de servicio low cost de Murcia, Valencia y Andalucía millones de litros de carburante. Se llama Operación Tenk, y ha dejado al descubierto un fraude masivo que mezclaba cierto tipo de aceites y aditivos prohibidos para venderlos como gasóleo de automoción.
Los agentes han detenido a 18 personas e investigan a otras 14, y han detectado unas 40 empresas fantasma. La cosa comenzó en 2023, cuando varios vecinos de La Hoya del Campo (Murcia) denunciaron el movimiento constante de camiones cisterna en naves que, según parecía, no vendían precisamente limonada. Se acabó destapando un sistema que a mí me parece digno de película: importaban el combustible desde Europa del Este y lo declaraban falsamente como “aceites lubricantes”, después lo almacenaban en depósitos ilegales y lo reconvertían en lo que ellos llamaban “designer fuel”, que suena a fino y competición pero es al gasoil auténtico lo que el whisky de garrafón a un buen Macallan.

Lo más grave no es solo el fraude fiscal (aunque si ha entrado Hacienda es por eso) sino el daño devastador que estos combustibles pueden causar, porque la mezcla de aceites vegetales y triacetina, que es un aditivo prohibido en gasóleo, altera la viscosidad, el número de cetano y la capacidad de lubricar del combustible. Dicho de otro modo: tus inyectores, tu bomba de gasóleo y hasta los cojinetes del motor pueden acabar gripados o llenos de hollín, y todo por repostar en una gasolinera donde el litro parecía demasiado barato para ser verdad, pero tampoco estaba regalado.
Carburante adulterado: el negocio sucio del gasóleo barato
El truco de esta red era tan simple que es hasta descarado, porque al declarar los camiones cisterna como aceites o lubricantes industriales, se evitaban los Impuestos Especiales de Hidrocarburos, el IVA y el Impuesto de Sociedades. Así, el combustible llegaba a España a precio de saldo, se “tuneaba” químicamente con triacetina y otros aditivos ilegales y acababa en los surtidores de las gasolineras low cost del Levante. En algunas de ellas tenían participación directa los propios cabecillas.

Se estima que esta red llegó a mover más de un millón de litros al mes en lugares como Abanilla o Silla. Los agentes encontraron además maquinaria especializada para remezclar el carburante y también sistemas de bombeo ocultos. Claro, pídele a eso controles de calidad, trazabilidad, o que no haga que las plantas se marchiten al pasar quemando la mezcla.
Si tu coche ha bebido de este “diésel barato”, es mejor que estés al tanto de los síntomas, que van desde filtros obstruidos hasta un consumo más alto, humo negro o pérdida de potencia. Meses después podrías encontrarte con los inyectores deshechos, o con tener que reparar la bomba de inyección. Si sueles llenar el depósito en una low cost de Murcia, Valencia o Almería y últimamente tu coche diésel humea más de lo normal, piensa en llevarlo a que le echen un vistazo. Y es que las consecuencias de esta estafa pueden ser mucho más relevantes que las de Cuidado en la gasolinera: así funciona el nuevo timo de los 5 euros, por ejemplo.

Cómo detectar si tu coche ha repostado “aceite”
El tema es que el carburante adulterado no se distingue a simple vista a menos que huelas el surtidor y notes algo raro. Sólo el laboratorio puede confirmar si lo que llevas en el depósito es gasoil o una sopa química. Sin embargo, hay pistas como ruidos más ásperos en el motor, arranques más lentos, que se te dispare el consumo o que el coche eche tanto humo negro que parezca un calamar.
El uso de aceites vegetales o triacetina altera los parámetros clave del combustible. La viscosidad aumenta, los inyectores pulverizan peor y la combustión se vuelve sucia y produce depósitos en el sistema de admisión y en las válvulas. Además, al reducirse la capacidad de lubricación, las bombas de alta presión sufren más, y eso se traduce en facturas de cuatro cifras.
La Operación Tenk ha puesto freno a esta trama, pero el daño está ya hecho, y de rebote, ha afectado a la reputación de las estaciones low-cost en general. No tienes que dejar de repostar en ellas, pero sí ser inteligente, porque resulta mucho más fácil que este tipo de tramas utilicen a gasolineras low-cost de quién sabe qué propietario, a que utilicen a gasolineras que son propiedad de grandes refinerías, o que son marcas con docenas de surtidores en toda España.
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