IA, CONDUCCIÓN AUTÓNOMA, INFOENTRETENIMIENTO

Conectividad, pantallas y coches que casi conducen solos

Algunas apreciaciones sobre el presente y el futuro de la digitalización en los vehículos.

Mercedes EQS interior

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La tecnología en los coches, un camino que parece no saber de horizontes. Conforme van pasando los años, esos habitáculos del futuro que no mucho tiempo atrás veíamos en concept cars –y seguimos viendo– se están acercando a los modelos de producción. Salvando las distancias, claro, hoy podemos ver modelos con interiores que destacan por cabinas despejadas y en los que se sobresalen pantallas unificadas que van de lado a lado.

Un camino que parece no saber de horizontes es, precisamente, la inteligencia artificial. Hoy, limitar a las conectividades de Android Auto de Google y de Apple CarPlay de Amazon una recomendación de un coche en cuanto a lo que ofrece en equipamiento digital, parece insuficiente, como si fuera cosa vieja cuando, en realidad, debería bastarnos con ellas. ¿Para qué más? Es, al menos, lo que considero que merece tener un vehículo en materia tecnológica. En ese sentido, soy partidario de la premisa que sostiene que un coche primero se conduce, luego se utiliza para el info-entretenimiento.

Pero así está la cuestión por estos días y la IA ya ha desembarcado en los sistemas operativos. En cuanto a las pantallas, tienen que justificarse. Por supuesto, un Mercedes-Benz CLA Coupé de los nuevos es un caso extremo en cuanto a accesibilidad. ¿Pero qué hace esa pantalla exclusiva para el acompañante? Creo que es un buen ejemplo para darle forma a la pregunta ¿para qué lo necesitamos Estamos, entonces, en la cabina del CLA.

La tecnología en los coches: De pantallas y asistencias

Tomamos el volante y miramos al frente. Sin demasiada objeción al concepto de diseño. Tenemos la pantalla de 10 pulgadas para los instrumentos y en el centro una de 14 pulgadas, desde la cual accedemos, por ejemplo, al asistente virtual MBUX. A la derecha, un panel de adorno de aluminio en negro y plata con retroiluminación, lo que le da un cierre sólido a la propuesta. Pero ese panel puede reemplazarse por una pantalla más.

Para un mercado como el chino tiene su lógica, dada la necesidad de sus conductores de matar el tiempo en momentos de alto tráfico y embotellamientos, que allí se viven a diario. Las marcas de automóviles chinas son las más avanzadas en cuanto a tecnología interior y esa necesidad de sobreequiparse con pantallas se refleja en sus modelos. Sin embargo, globalizar este tipo de expresión digital sería un error.

Los que se favorecen, y con criterio, con los avances tecnológicos son los sistemas de asistencia a la conducción y a la seguridad. En un universo cargado de sensores y actualizaciones de software, dentro de los ADAS una ayuda para mantener el carril, un frenado de emergencia u otras funciones por las que el coche se vale de manera independiente me parecen por demás valorables. Lo que jamás podré digerir es la conducción autónoma por placer y no por urgencias del momento. Si ese llegase a ser el futuro, pues prefiero hacerme a un lado.

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