DISEÑOS DE SEGMENTOS A Y B
Coches urbanos que no parecen juguetes: ¿existen de verdad?
Una clasificación de los vehículos más pequeños según el lenguaje estético. De los más tradicionales a los que evidencian la última tendencia.

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En la actualidad, las tendencias nos invitan a plantearnos el siguiente asunto: ¿Qué coches urbanos quedan que no se parezcan a, digamos, un juguete? Esto va más allá de las medidas. Es una cuestión de dimensiones, pero también de conceptos de diseño que no ayudan demasiado a que no tengamos que revisar y clasificar.

Hay una realidad y tiene que ver con que los urbanos más populares y tradicionales, y que promedian una longitud de unos cuatro metros exactos –con excepciones como el Volkswagen Golf, que se estira hasta los 4,2 metros–, conservan su integridad estética. Con sus formas y evoluciones, modelos como el Dacia Sandero, el Renault Clio, el Toyota Corolla, el Opel Corsa, el SEAT Ibiza y el Peugeot 208 mantienen vivo el espíritu del coche urbano de toda la vida.

En común tienen éstos que son vehículos hatchback cinco puertas que ponderan la versatilidad y el buen reparto del espacio interior para compensar los límites que les imponen sus medidas. Como en todo, en mayor o menor nivel, dependiendo del coche. Por ejemplo, un Peugeot 208 es menos amplio en la fila trasera que un Corolla o un Clio. Sinceramente, no nos imaginamos un futuro en el que los mencionados se pasen al bando de los que se parecen a un carrito de helados.

Urbanos "juguetes": Los que oscilan y los que se parecen definitivamente
Podemos considerar que existe un limbo en el que un grupo de urbanos se quedan a mitad de camino. A este grupo pertenece, por ejemplo, el Citroën C3, una excepción a lo anterior. Recordemos lo revolucionario que fue el diseño de su segunda generación y veamos cómo la actual se ha entregado a esta suerte de fotocopiadora devenida en tendencia ¿futurista?

Hay otros ejemplos que también practican el término medio. Uno es el Dacia Spring, un coche hijo de este tiempo y que, como tal, nació con rasgos de estos urbanos cuadrados, aunque al mismo no parece decidirse a mutar definitivamente: secciones como la zaga conservan parte de un cinco puertas más familiar a nuestros ojos. Ya que mencioné al Volkswagen Golf, uno que se inspira en él es el futuro Volkswagen ID.2, que, según nos ha dejado ver su concepto, mantendrá la compostura.

No puedo decir lo mismo de su versión utilitaria deportiva. La marca alemana lanzará un segundo ID.2 para competir entre los B-SUV con coches como el Fiat Grande Panda. Ambos han caído a esta cada vez más establecida lógica de diseño. Un lenguaje de diseño que se expresa en otros como el Renault 4, una excepción a los tradicionales del segmento B del segundo párrafo, pero que se expresa al cien por ciento en los más pequeños, como el Renault 5, el Hyundai Inster y el Suzuki Swift. Tal vez, éste se salve por su semejanza con el MINI.
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