DISEÑOS MUY EXTRAÑOS Y, EN OCASIONES, SIN SENTIDO
Los volantes más raros (y peligrosos) de la historia del automóvil
Algunos casos de volantes fuera de lo convencional; actuales y del pasado, de coches de producción y de conceptos; poco funcionales, más allá de la estética

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Volantes raros los hay y muchos, pero no necesariamente son todos peligrosos. En esta entrega te propongo un selecto grupo que se lleva todos los números. Me permito comenzar con una de las más avanzadas tecnologías: ¡la llave inglesa! No, la única que puedes ver cerca de la columna de dirección no es la que se enciende en el tablero cuando llama un mantenimiento.
¡¿Cómo que nunca viste utilizar una llave girando en la columna, en reemplazo del volante de un coche?! Pero ya, basta de experimentos del tipo "no lo intenten en sus casas". Volantes raros, algunos más ridículos que otros, algunos más estéticos que otros, pero hay un espacio en el infierno para esos que resultan –o resultaban, según su época– poco y nada funcionales y, como consecuencia, un completo riesgo.
¡Peligro al volante! Nunca mejor aplicada la pegatina. ¿Cuáles eran y son los vehículos dignos de llevarla en la luneta para que los de atrás conduzcan con la debida precaución? Con respecto a los modelos de producción actuales, es imposible no pensar en los Tesla Model X y Model S Plaid. Un volante rectangular puede funcionar en muchos niveles, como al momento de ofrecer mayor espacio para las piernas, el acceso y la salida de la cabina. Pero...

Peligro al volante: Rectángulos poco prácticos
Los hemos visto en conceptos de hace 25 y 40 años, como el BMW Z22 1999 y el Mazda MX-03 1985, pero allí nada que objetar, pues en definitiva no fueron más que conceptos, futuristas experimentos. Si quieres, agrega al Oldsmobile Incas, cuyo mando parecía sacado de una nave de Star Wars. Los vemos en coches de carrera, donde se adaptan por criterio, ya que en ellos no se necesita tanto giro de volante para llegar al tope en la dirección.
Pero también los vemos en modelos de calle, como el Lotus Evija. Desde el momento en que te subes a este hiperdeportivo o cualquiera de su tipo que lleva un volante pequeño y con ambos arcos cortados, asumes el riesgo de conducir a altas velocidades resignando la comodidad que siempre da el paso entre manos y la mano invertida cuando un giro pronunciado se nos viene. En estos coches no hay manera de tomar el volante por cualquiera de sus lados.
Es lo que les cabe a los mencionados Tesla, con el agregado de que en éstos ni siquiera hay arco superior. Un volante redondo siempre se ha caracterizado por ser práctico y siempre ha transmitido seguridad. Ante una maniobra de urgencia, por costumbre buscaremos tomar el volante por la parte de la curvatura que más se necesite en el momento.


Rarezas redondas e inverosímiles
Si vamos conduciendo con uno plano y no encontramos de dónde agarrar por no estar familiarizados, puede que sea demasiado tarde. Ni hablar de la ergonomía, que vaya si se pone en juego apostando por este tipo de volante. Aunque los rectangulares no son los únicos que merecen una mirada crítica.
Hay volantes redondos que en el pasado no transmitían mucha confianza que digamos. Al volante se lo toma por la circunferencia, pero también por los radios. En ese sentido, pienso en el Aston Martin Lagonda y su volante, sobre el cual nadie puede negar que se estaba frente a un mando estético. Sin embargo, no había manera de tomarlo por el centro, pues tal cosa no existía. Del tablero salía una columna que bajaba hacia el arco inferior y era tan ancho que su manipulación resultaba imposible. A no ser que usaras las dos manos, cosa sin sentido.
¿Y en el mundo de los conceptos? Pues, ¡cómo no recordar al Maserati Boomerang 1972! El diámetro de su columna era tan grande como el volante, por lo que Giorgetto Giugiaro decidió usar ese espacio para un cuadro de instrumentos nunca visto, de manera que el volante necesitaba no contar con radios para permitir la visibilidad. Tan disruptivo y original como inverosímil si se hubiese convertido en modelo de serie.
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