El bloque progresista sorprende y logra resistir pese a caer derrotado ante un PP que vence en las urnas este 23J, pero que no consigue los apoyos suficientes para entrar en la Moncloa de la mano de la ultraderecha. Así lo han dictado los resultados de unas elecciones generales que dejan en el aire dos posibilidades: la de que Sánchez ponga en marcha una segunda legislatura a través de mayoría simple -siendo Junts clave para ello- o la de una repetición electoral ante la imposibilidad de llegar a pactos. Existe una tercera alternativa: que Feijóo también intente alzarse como presidente con una mayoría simple, como ya ha advertido, aunque este escenario está muy lejos de ser viable atendiendo a los números.

Finalizan así unos de los comicios más polémicos, tensos y agresivos que se recuerdan en España. Con el escrutinio prácticamente completado, el Partido Popular de Feijóo se lleva 136 diputados (mejora los resultados de su antecesor, Pablo Casado, que en 2019 tan solo se hizo con 89 parlamentarios); en segunda posición, el PSOE, con un Sánchez que ha reventado las encuestas al lograr 122 escaños (en los anteriores comicios obtuvo 120); Santiago Abascal y Vox, por su parte,concluyen la carrera electoral en el tercer puesto tras un batacazo monumental que les ha llevado a conseguir 33 diputados (el 10N fueron 52). Sumar y Yolanda Díaz, finalmente, se sitúan como cuarta fuerza con 31 escaños (frente a los 35 que consiguió Unidas Podemos en 2019).

Atendiendo a estos resultados, Sánchez y Díaz no consiguen reeditar la misma coalición que ha gobernado España estos últimos cuatro años por mayoría absoluta, ni siquiera teniendo en cuenta los resultados de las formaciones periféricas que permitieron la investidura de Sánchez en los anteriores comicios, como ERC (siete parlamentarios este 23J), PNV (cinco) o EH Bildu (seis). Con todos ellos, incluyendo al BNG (1), los progresistas sumarían 172 escaños, quedándose a cuatro de los 176 necesarios. No obstante, Feijóo tampoco logra el visto bueno del electorado español, y esto abre la puerta a que el PSOE y Sumar sí logren sacar adelante un nuevo mandato haciendo cálculos con las mayorías simples.

En cualquier caso, el tablero queda ahora mismo marcado por una suerte de bloqueo político que podría derivar en una repetición electoral en los próximos meses, tal y como sucedió, precisamente, en las elecciones de abril y de noviembre de 2019. Puede ser este el escenario más probable, pero no tiene por qué. Y es aquí donde entra en juego la aritmética de los apoyos y los escaños, que son favorables a una izquierda que ha salido exultante tras conocer los resultados, habida cuenta de que ni siquiera los sondeos -tan solo el CIS- apuntaban a la continuidad del bloque al frente del Gobierno de España.

Las cuentas le salen a Sánchez, no a Feijóo

Entrando en el terreno de los cálculos y la especulación, Núñez Feijóo ha ganado, sí, pero tiene muy difícil reunir los apoyos suficientes para ser investido presidente. Esto quiere decir que, ahora mismo, Sánchez tiene más opciones que su rival directo para iniciar una nueva legislatura a partir de mayoría simple, si bien tampoco las tiene todas consigo el líder socialista. Hagamos cuentas: supongamos que Felipe VI llama al líder del PSOE para que inicie una ronda de contactos. ¿Qué necesitarían los socialistas para salir airosos de la investidura? El voto a favor de casi todo el arco parlamentario progresista. Esto es, PSOE + Sumar + PNV + Bildu + ERC + BNG, porque es prácticamente seguro que PP, Vox, Coalición Canaria y UPN van a votar en contra.

Con estos cálculos, Junts per Catalunya, partido independentista pero conservador, tendría la llave de la futura gobernabilidad. Traducido: Sánchez solo podrá continuar en Moncloa si obtiene el apoyo o la abstención de JxCAT en una hipotética investidura. En el primer caso, los progresistas sumarían 179 'síes' frente a 171 'noes' del bloque ultra; en el segundo caso, 172 votos a favor de Sánchez frente a 171 en contra con la abstención de los siete escaños del grupo independentista. Por el contrario, si esta formación se posiciona en contra, la suma de 'noes' hacia Sánchez sería mayor que los 'síes' (178 en contra frente a 172 a favor). Junts ya ha advertido: "No haremos presidente a Pedro Sánchez a cambio de nada".

En este escenario, lo cierto es que tampoco se puede dar por hecho que la izquierda abertzale y Esquerra apoyen el Gobierno PSOE-Sumar sin condiciones; más cuando, con estos resultados, se ven imprescindibles para que Sánchez arranque un segundo mandato. Esquerra, por el momento, ha abierto su mano a negociar. "O Cataluña o Vox", ha sentenciado el portavoz, Gabriel Rufián. En una línea favorable también se ha mostrado Bildu. Así lo ha expresado uno de sus dirigentes, Oskar Matute: "Dijimos que el pueblo vasco iba a estar a la altura del momento histórico y así ha sido: no vamos a fallar. Siempre inclinaremos la balanza hacia el soberanismo, el progresismo y la izquierda".

Feijóo podría forzar a Vox a apoyar su investidura de forma gratuita con la amenaza de mantener a Sánchez en la Moncloa

Por otro lado, y aunque lo tenga aún más difícil, Feijóo no dejará pasar la oportunidad de intentar forzar una investidura que implique un gobierno del PP y Vox (o sin la ultraderecha) con mayoría simple. Ha sido tajante en su intervención desde Génova tras hacerse públicos los resultados: "Pido que nadie tenga la tentación de bloquear España; me corresponde intentar gobernar". Con este planteamiento, el líder de los populares podría buscar un pacto con el PNV, aunque se antoja difícil que encuentre una respuesta positiva. El motivo: hay elecciones en Euskadi el año que viene, y los nacionalistas vascos no querrán poner en riesgo sus apoyos autonómicos, más cuando han sido superados este 23J por Bildu.

Pero, continuando en estos términos especulativos, se puede suponer que el PP podría intentar un acercamiento con el PNV y que, incluso, le salga bien. ¿Qué quedaría? Feijóo contaría previsiblemente con el apoyo de Coalición canaria, con quien gobierna en Canarias, y con UPN. Con estos números, el PP puede decirle a Vox que, o le deja gobernar gratis, o con su decisión mantiene a Sánchez en el Gobierno. En estas circunstancias, la ultraderecha tendría muy poco margen de maniobra, con el añadido de que, tras el batacazo electoral, el PP tiene los incentivos para aprovechar una hipotética repetición electoral y terminar de arrebatar a la ultraderecha el voto útil. Este lunes, Feijóo tiene junta directiva nacional para analizar los resultados tras las elecciones generales.

Así las cosas, ni Feijóo ni Sánchez tienen fácil armar una mayoría en el Congreso que iba a ser crucial para el futuro de este país. Porque este 23J no solo estaba en juego el proyecto político-económico que dictaminará el camino a seguir de España en Europa y el resto del mundo; también, un modelo social y de convivencia que de seguro iba a marcar un antes y un después en la lucha por los derechos conquistados y avances sociales, como se ha podido comprobar en otros países donde los movimientos reaccionarios (el 'trumpismo' en Estados Unidos, el 'bolsonarismo' en Brasil o el 'melonismo' en Italia) han ganado poder, y como está sucediendo asimismo en numerosas comunidades y localidades donde ya se ha puesto en marcha esta nueva fórmula de coalición. Por el momento, parece que la izquierda ha podido contener a la ultraderecha. Queda por ver si es por cuatro años o tan solo unos meses.