Ahora las mujeres saudíes pueden conducir o solicitar un visado sin el permiso de maridos, padres o hermanos.

En el momento en que tales medidas entraron en vigor, un grupo de mujeres se manifestaron para exigir una mayor apertura. Fueron detenidas. Algunas han denunciado malos tratos en las comisarías del régimen. La monarquía absolutista que reina tilda su discriminación por sexos como "algo cultural propio de nuestra identidad".

Y con tamaño cuento pretenden ser admitidos en la comunidad internacional como uno más. Con sus "particularidades" pero limpio de polvo y paja. Los petrodólares ya han conseguido abrir una puerta de la normalización de este apartheid: la del fútbol. Español, para más señas...